PRUEBA PARA SABE

Ernesto Baertl 218 219 Prueba para sabe Siendo el menor, quedaron en el anecdotario familiar cosas con las que nos hizo reír mucho a todos. Por ejemplo, una vez cuando me descubrió ‘in fragantti’. Estábamos en San Mateo, seguramente en la parada para pernoctar en uno de tantos viajes, y al final de un día en el que Jorge había perdido un diente. Para entonces, él todavía creía en el ratón Miguelito, así que por la noche me colé sigilosamente en su habitación, con el dinero en lamano, para hacer el cambio debajo de la almohada, pero me descubrió y señalándome excitado me gritó: “Allí está el ratón… ¡allí está el ratón!”. Tal fue el grito que despertó a toda la familia y todos consternados se acercaron cuidando sus pasos para no tropezarse con el supuesto animalito. Siempre fue impresionable y dueño de una viva imaginación. Hubo otra oportunidad en la que quedó muy afectado porque le robaron su patinete. Su pronto aviso dio oportunidad de reaccionar, así que salí a perseguir al ladrón. La correríame llevóhasta Surquillo, donde encontré el patinete en la tolva de una camioneta, pues allí había sido dejado por el caco en su abrupta huída. Cuando volví con el patinete en la mano, Jorgeme recibió con gran admiración y un brillo intenso, muy especial en los ojos. Por unos días ya no solo fui su querido padre, sino que me convertí en su héroe favorito. Yagrande, Jorgenunca terminódeadaptarseal ambientecorporativo, más bien se sintió más cómodo con otro tipo de negocios. En una oportunidad, todavía chico, me pidió una plata para criar palomas, me comentó lo que quería hacer y yo le di el dinero pero previa firma de su primera letra de cambio. Eso marcaría su derrotero en la vida. Más tarde, con los amigos del colegio se vincularía con la comercialización de sanitarios. La empresa creció bastante pero tuvo un bache cuando se vino abajo el tipo de cambio; y, más tarde, inició otro negocio de conservas de pato en una granja de Pachacamac. Siempre se vincula a esos temas que le nacen, muy personales, lejos de la ciudad, del estilo de los ejecutivos y de la forma tradicional de ganarse la vida. Hoy vive en una propiedad a unos pasos de la playa Santa Rosa, sigue con sus pequeños negocios, disfruta del mar y hacemucha obra arborizando y embelleciendo las calles de ese pequeño distrito. Allí lo quierenmucho porque en realidad es un pueblito con bastantes carencias. Allí está expresada la dimensión de su corazón. Jorge se casó dos veces y tiene dos hijos con su primera esposa, Gilda Belaunde. Elmayor lleva sunombre, es arquitecto con estudios enParís y ahora trabaja en Suiza; y Cynthia, la menor, estudia en la Católica y está a cargo de uno de los negocios de Larcomar. Lindos chicos los dos. Luego se casaría con Eleonora León, una mujer muy inteligente que prontamente se ganaría el cariño de toda la familia. Cuando mis hijos crecieron e inevitablemente tuvieron que venir a estudiar a Lima, Gladys se vio obligada a dejar la sierra para cuidarlos mientras yo cumplía con mis obligaciones en la mina.

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