PRUEBA PARA SABE

Ernesto Baertl 220 Poco a poco las cosas conmi señora se fueronhaciendomás difíciles. Seguía siendomuy exigente, sobre todo cuando amis dos hijosmayores les llegó la época de las motocicletas, la de aprender a manejar, lo de las fiestas y, finalmente, optaron por escaparse cada vez que podían. Gladys y yo ya estábamos un poco distanciados cuando tuvo el accidente en Italia. La atropelló un bus en Florencia y perdió las dos piernas. Nunca más volvió a caminar; pero las heridas en el cuerpo no fueron tan grandes como las que le quedaron impregnadas en el alma. En 1978 nos separamos oficialmente. Ahora mi hija ve por ella y se preocupa de todo lo que le hace falta. Jorge y María del Carmen en Saint Moritz. En una de las ba jadas, el primero se metió tal porrazo en la nieve que todavía no se le borra el recuerdo. Aquí estamos en el jardín de la casa; sin embargo, fueron los via jes -por aire, mar y tierra- los que terminaron de moldear nuestros vínculos.

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