Ernesto Baertl 228 229 Prueba para sabe Estando con Pilar en Europa, encontramos a mi amigo Domingo Bezzola y al abogado Luis Carlos Rodrigo, quien tenía un bufete en Madrid. Ellos siendo testigos de nuestro amor y complicidad me dijeron: “Oye, ¿por qué no te casas? Te divorciamos en México y te casamos en Paraguay”. La sola idea de estar casados le hacía justicia a esos momentos que vivíamos con mucha ilusión. Así se dio nuestro segundomatrimonio, y ya en 1983 nos casamos por las leyes peruanas en la municipalidad de Jesús María. En esta ceremonia bastante íntima, nuestros testigos fueron los mismos que en nuestros primeros matrimonios. Por ella, Cecilia Sphillmann y, por mi parte, mi gran amigo Gonzalo Raffo. Así, en la lucha por ser honestos con nuestros propios sentimientos hemos logrado constituir un gran hogar. Las cuatro hermanas más cercanas de Pilar viven en el extranjero, así que ella ha sido acogida en mi familia con todo cariño. Hemos tenido un matrimonio realmente maravilloso. Desde que el destino nos atrapó en sus redes -esa medianoche en el avión y luego delante del semáforo- hemos demostrado lo inevitable de nuestra relación hasta en operaciones matemáticas. Cuando nos conocimos ella tenía 35 y yo 53. Son los mismos números a la inversa e igual suman ocho. Ella nació en 1940 y yo en 1922, en ambos casos las cifras suman catorce. Nos gusta decir que la numerología y las coincidencias están de nuestro lado. Recuerdo que durante un viaje a Nueva York yo la dejé haciendo compras en Manhattan y me fui a una misa de 6 en Saint Patrick. Al final de la misma, con todo el tumulto de gente que se mueve en Nueva York, yo abrí la puerta y ella entraba en ese instante. La sincronía exacta. Con Pilar siempre me he sentido pleno en mis afectos y hasta coincidimos en nuestras opiniones y en la forma de pensar. Desde el principio nos sentimos tan afines que en los primeros años de nuestra relación, enunactode travesura cómplice, utilizamos lamisma escobilla de dientes. Realmente, los años que afortunadamente hemos pasado juntos hemos crecido casi como una misma persona, compartiendo cosas simples como el desayuno, la playa, la lectura o asistiendo a los conciertos de la Sociedad Filarmónica pero, sin duda, uno de los aspectosmás interesantes de nuestra vida en comúnhan sido los viajes. Hemos recorrido casi todo el Perú, Norte y Sudamérica, Europa, África, el Oriente y Australia. La Pilar de hoy, como entonces, sigue disfrutando del arte, de la cocina, de los viajes, de las reuniones semanales con sus amigas del SantaÚrsula e, incluso, seda tiempopara seguir aguantándome estando yo tan viejo. Pilar está todo el tiempo pendiente de mí. Nos llevamos maravillosamente. Es la esposa ideal, es y ha sido mi felicidad en esta larga última etapa de mi vida.
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