PRUEBA PARA SABE

33 Gringo machiche, saca tu pichi para hacer cebiche Una de las cosas buenas de vivir tan lejos era que siempre había un viaje o una excursión en perspectiva. Viajes largos a Lima para visitar a la familia y las oficinas centrales de lamina, omás cortos, a Huánuco, para dejar que el calor de las tierras bajas entrase en los huesos después de muchos meses de frío en la altura…o paseos de ida y vuelta como los que hacíamos a Cerro. Al principio el tren era el único medio que utilizábamos para ir y regresar de Lima. Pero eso estaba por cambiar cuando ingresé al circuito de viajeros frecuentes Cerro - Lima. El automóvil estaba en su épocade oro. Eran los años del gobiernodeLeguía, quienapostaba aque el desarrollo se lograse construyendo caminos, por eso había dictado la Ley deCircunscripciónVial que abría nuevas carreteras. Por otro lado, los automóviles se habían hecho más rápidos, cómodos, y asequibles desde queHenry Forddesarrollara su cadena demontaje. Era inevitable que el auto compitiera con ventaja frente al ferrocarril. Un duro golpe

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