PRUEBA PARA SABE

89 El cura no dice misa si no le pagan El verano de 1938 debe haber sido la temporada quemás estudié enmi vida. Los exámenes para ingresar a laEscuelaNacional de Ingenieros eran en los primeros días de marzo y para prepararme me inscribí en una academia que había organizado “El Negro” Labarthe, hijo de Pedro Abel Labarthe, uno de los profesores de la universidad. Los esfuerzos y la ayuda de San Judas Tadeo, a quien entraba a rezarle antes de los exámenes en la Iglesia de San Francisco, dieron sus frutos. Fui aceptado ymematriculé en la vieja EscuelaNacional de Ingenieros cuando todavía nohabía cumplido los 16 años. Así se iniciaron los años de estudiante universitario, aunque tuve que enfrentar unas exigencias académicas para las que inicialmente no estaba bien preparado. Como resultado de esa precocidad fui aplazado en el primer año de estudios. Las matemáticas que se dictaban en la Escuela eran muy complejas y, probablemente, mi formación anterior en esa materia no estaba a la altura de lo estimado. Fuemi primer y único fracaso como estudiante, y la experiencia no resultó en vano.

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