REVISTA MINERÍA 537 | EDICIÓN JUNIO 2022

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JUNIO 2022 / EDICIÓN 537 72 Efectivamente, el Inadur emite recomendaciones que permitieron a Centromin iniciar gestiones en diversos ámbitos para viabilizar el traslado de la ciudad. La empresa incluso plasma afanes propios de su competencia con el fin de depurar algunos contextos adicionales que pudiesen limitar la transferencia de su complejo metalúrgico al sector privado. Revisemos algunos de estos hechos precursores. Desocupación y demolición de viviendas no idóneas En los inicios de las operaciones de la Cerro de Pasco en La Oroya, y de acuerdo al régimen laboral de entonces, construyó habitaciones de 4 x 6 m. cercanas a las instalaciones fabriles para que sirvan de alojamiento temporal a los trabajadores que llegaban de Tinyahuarco a levantar la fundición, al punto que por esta temporalidad la empresa las denominó “campamentos”, pero como sucede siempre en nuestro Perú lo temporal se convierte en definitivo y he ahí el problema. De uno u otro modo, para solucionarlo Centromin desde 1988 ya tenía diseñado un plan de desocupación de viviendas precarias e inadecuadas para demolerlas. En La Oroya planeó esta devastación en los sectores del Club Peruano —ubicado al ingreso de la fundición— y los de Tras el Mercado. En ambos “campamentos” echó abajo 460 viviendas. Al final del proceso logró demoler 1,130 solares. Venta de viviendas a los trabajadores Apremiada por la privatización, y en otra vertiente, la empresa trazó un procedimiento para la venta de las viviendas que ocupaban sus trabajadores. Este programa lo inició como un plan piloto en Marcavalle con 162 casas, seguiría luego en el sector de Buenos Aires. En ambos quehaceres tuvo éxito. Estos departamentos, aunque un tanto anticuados, aún podrían ser “habitables” por otros 60 años, los técnicos dixit. Proyecto Curipata Centromín emprende este proyecto amparándose en el Acuerdo de Directorio N° 00788 y hacia 1988 inicia la urbanización de lotes unifamiliares en la zona denominada Curipata. El plan aspiraba a la construcción de una urbanización que se supedite al Programa de Casa Propia para los trabajadores oroyinos de la empresa, esos lotes contarían con servicios básicos y comerciales aprobados por el municipio. La novísima urbanización se ubicaría entre los kilómetros 162 y 164 de la Carretera Central al sur oeste de la ciudad. La inversión de US$ 3’240,000 consideraba la habilitación en tres etapas de 1,566 lotes unifamiliares para vivienda propia de sus trabajadores. Al programa iniciado en 1988 y reactivado en 1996 se le añadió uno nuevo para el reordenamiento de la zona industrial de La Oroya. Con los trabajadores interesados en construir una casa propia en Curipata se conviene la cesión en propiedad de esos lotes de terreno urbanizados, concientizándolos en cuanto que al desplazarse a esa zona tendrían mejores condiciones de vida, pues amén de una vivienda sana aprovecharían el 5. Actual complejo habitacional Curipata sobre los km 162 y 164 de la Carretera Central. La Oroya.

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