REVISTA MINERÍA 542 | EDICIÓN NOVIEMBRE 2022

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / NOVIEMBRE 2022 / EDICIÓN 542 30 Además, se debe incorporar a más actores como, por ejemplo, los contratistas de la mina, ONG, proveedores, sociedad civil y organizaciones de cooperación internacional para que puedan contribuir con su experiencia a mejorar las condiciones de vida de las comunidades. En ese sentido, se pueden identificar tres tipos de partnership en la industria minera: First, one partnership donde la empresa asume las inversiones sociales con sus propios recursos, sin ningún tipo de acuerdo con la sociedad civil ni el gobierno. La compañía, asume toda la inversión para afrontar los problemas sociales de su comunidad. Segundo, alianza bisectorial, donde las empresas trabajan conjuntamente con la sociedad civil, con muy poca participación del gobierno, para llegar a un acuerdo y solucionar los problemas sociales. Este tipo de asociación genera alta dependencia de la compañía, es decir, el desarrollo de la comunidad depende de los fondos de la empresa y, por lo tanto, no es sostenible. Finalmente, tri-sector partnerships donde las empresas, el gobierno y la sociedad civil deben cooperar para solucionar los problemas sociales y ambientales relacionados a las operaciones mineras y formar un acuerdo voluntario que permite unir recursos y responsabilidades para lograr el desarrollo sostenible (Warner, 2000; Davy , 2001; Warhurst, 2001). Para lograr la sostenibilidad de los programas sociales más allá del ciclo de vida de la mina, cada actor social debe asumir su rol con sus propios recursos (Saenz, 2019b). En el caso de las organizaciones del gobierno los recursos son diversos, como por ejemplo los fondos públicos para obras, y las leyes que permiten a las empresas participar en el desarrollo. Las compañías pueden aprovechar estas normas para atraer los fondos públicos en el territorio de operación de la mina y, de esa manera, asegurar la continuidad de estos programas sociales y empoderar a las instituciones del gobierno (Saenz y Ostos, 2020b). Estructura de la inversión social Las empresas mineras son conscientes de los impactos que producen en las comunidades y el medio ambiente, por lo que la inversión social es aceptada a nivel general por la industria a como una estrategia para la mitigación de riesgos y en respuesta al deseo de brindar un "beneficio neto" para las comunidades que se ven afectadas por sus operaciones (Esteves, 2008). Sin embargo, existen otros actores sociales que tienen responsabilidad en el desarrollo de las comunidades como, por ejemplo, los gobiernos locales, regionales y nacionales (Arslanalp et al., 2010). Para lograr más impacto social y cerrar las brechas socioeconómicas de los ciudadanos se requiere articular los proyectos sociales entre todos los actores (públicos y privados) y de esa manera hacer un uso eficiente de los recursos (Uranga y Aparicio, 2012). Beneficios sociales Lograr el desarrollo sostenible de la comunidad permite a la empresa aumentar su reputación (Dashwood, 2012), obtener licencia social a operar, reducir el conflicto y los riesgos, aumentar la factibilidad de los proyectos, entre otros (Saenz, 2019c). Para lograr mayores beneficios sociales de las inversiones mineras se tiene que pensar en la creación de valor compartido, el cual se define como las políticas y las prácticas operativas que mejoran la competitividad de una empresa a la vez que ayudan a mejorar las condiciones económicas y sociales en las comunidades donde opera. Existen dos niveles de valor compartido. Primero, limitado, se refiere a una redefinición de la cadena de valor productiva (Porter y Kramer, 2011), donde surgen las oportunidades de crear valor compartido porque los problemas de la sociedad pueden enfrentarse en la cadena de valor de una compañía, por ejemplo, minimizando los insumos y desechos de la mina, implementando un abastecimiento, responsable, reducción, medición y presentación de informes de emisiones (Sáenz, 2019b). Segundo, valor compartido amplio, se refiere a crear valor local (Porter y Kramer, 2011), donde es posible mejorar las habilidades, la base de

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