REVISTA MINERÍA 543 | EDICIÓN DICIEMBRE 2022

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / DICIEMBRE 2022 / EDICIÓN 543 49 y científico en la última década (Thomsem P.F y Willersley E., 2015). Este aspecto es importante a considerar en las estrategias de colecta de ADN y los diseños de muestreo, además de los procedimientos de almacenamiento. Estado Asimismo, se ha investigado mucho el estado en que se encuentra el ADN en el ambiente. (Levy-Booth, et al., 2007; Turner, 2014; Deiner, et al., 2015), lo que incluye el tamaño de las partículas, dinámicas de agregación y transporte. Este aspecto es muy importante pues determina los métodos de colecta y filtrado, entre otros. Transporte Una vez liberado al medio desde el organismo, el ADN ambiental se mueve a través de su entorno, lo que influye sobre cualquier inferencia que se haga al analizar los resultados de un muestreo de ADN ambiental. Se han hecho muchas investigaciones sobre este aspecto, incluyendo la transferencia acuática-terrestre (Douville, et al., 2007), el movimiento aguas abajo en un curso de agua (Foppen, et al., 2011), en aguas subterráneas (Pote, et al., 2009) y el transporte vertical en la columna de agua (Turner, et al., 2015) y muchos más. Como indican Barnes & Turnes (2016) “comprender el transporte es esencial para inferir relaciones sobre el ADN ambiental detectado con la presencia de especies tanto en el espacio (es decir, qué tan cerca estaba una especie del sitio de detección de ADN ambiental) como en el tiempo (es decir, qué tan recientemente estuvo presente la especie detectada)”. Este es un aspecto fundamental para los programas de monitoreo biológico, pues se debe relacionar los registros de especies con los impactos previstos y las medidas de mitigación aplicadas. En general, es fundamenta poder ser capaz de conectar una detección positiva de ADN ambiental dentro de límites espaciales y temporales específicos. Destino Si bien se ha detectado ADN ambiental muy antiguo en ambientes terrestres (Willerslev, et al., 2003; Lydolph, et al., 2005; Haile, et al., 2009) y acuáticos (Matisoo-Smith, et al., 2008; Anderson-Carpenter, et al., 2011; Pedersen, et al., 2013), el ADN posee una estabilidad química limitada (Lindahl, 1993), por lo que, en la mayoría de los casos, tan pronto como se libera desde un organismo, comienza a degradarse. Los factores que influyen en la persistencia del ADN ambiental se dividen en tres grandes categorías: A) características del ADN (conformación, longitud y asociación con otros componentes celulares), B) el ambiente abiótico (luz, oxígeno, pH, salinidad y tipos de sustrato) y C) el entorno biótico (composición y actividad de la comunidad microbiana y las enzimas extracelulares) (Barnes & Turner, 2016). Entender estos aspectos es muy importante para la capacidad de análisis sobre los resultados de la detección de ADN ambiental y las interacciones con su entorno. Estos aspectos son clave para planificar adecuadamente una estrategia de muestreo y colecta de ADN ambiental que responda de forma óptima a los objetivos de una gestión ambiental. Secuenciamiento Una vez colectado el ADN ambiental, el siguiente paso es “leerlo”. Si imaginamos a la molécula de ADN como un libro, la información contenida en el ADN se halla en forma de palabras formadas por letras. Pero en este caso las letras se encuentran mezcladas y el objetivo del secuenciamiento es ordenar estas letras para formar palabras y frases con sentido y que, además, sean distintivas de una determinada especie. Porque existen partes del ADN distintivas de especies, pues son fracciones del mismo que ayudan a identificar una especie y a distinguir a todos los especímenes pertenecientes a su categoría. A este proceso de lectura del ADN ambiental se le conoce como secuenciamiento.

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