MINERÍA ABRIL 547 | EDICIÓN ABRIL 2023

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / ABRIL 2023 / EDICIÓN 547 77 lo, por así decirlo. La metalurgia en cambio sí se desarrolló a pulso sobre todo en utilitarios y adornos de la casta social dominante quienes los usaron como galas y atavíos, empero más floreciente fue su uso como ornamentos sacerdotales para diferentes rituales (pectorales, narigueras, orejeras y otros jaeces de oro, como cuchillos ceremoniales [Tumi]). Igual usaron oro en la decoración de templos y palacios o mondo y lirondo para adornos funerarios. Los arqueólogos han investigado y verificado que los metales usados en esta etapa fueron casi exclusivamente oro y plata, amén de piedras semipreciosas y con alguna frecuencia en la costa el Mullu, una variedad de Spóndilu”. Los primeros momentos económicos en la Colonia Luego de la conquista española, la inicial economía colonial se organizó a partir de la extracción y remisión compulsiva de las riquezas mineras a España, principalmente plata y en menor medida oro. De ese acápite ya revisamos como los minerales del Nuevo Mundo permitieron la supervivencia y el desarrollo no solo de España sino de Europa toda. Una incipiente explotación minera se desarrolló en todas las Américas no obstante haber habido áreas geográficas de difícil acceso. En el norte de América el punto principal de expoliación fue México. Hacia 1546 en Zacatecas se descubre las minas El Sombrerete y El Parral, lamentablemente se presentaron dificultades insalvables para su beneficio por estar ubicadas muy al norte y en mesetas desérticas donde vivían naturales seminómadas y belicosos, quienes siempre atacaron a los chapetones que pretendían ingresar a minerar sus tierras. Contrariamente en los yacimientos mineros de plata de Guanajuato en el centro de México, la colonización resultó más favorable por lo que en adición a la minería se generó un importante desarrollo agrícola contiguo. El Perú aportó minas: las ubérrimas de Potosí, Cerro de Pasco, Huancavelica y Arequipa. Empero, uno de los episodios más negros de la explotación de los naturales en la labor minera del oro y plata aconteció en las minas peruanas de Potosí cuyo beneficio quedó manchado por la explotación del indígena, básicamente agricultor, al convertirlo manu militari en minero. Como sabemos estas minas pertenecieron al virreinato del Perú hasta mediados del siglo XVIII cuando pasan a ser parte del virreinato de La Plata. Colombia también tuvo sus minas de oro en Antioquía y Popayán y Ecuador disfrutó las de Zaruma. No debe sernos ajeno que el montaje del nuevo establishment colonial ocasionó la reducción brutal de la población indígena. En 1525, antes de la llegada española, el Imperio Inca se integraba por cerca de 10 millones de habitantes. A resultas del avasallamiento hacia 1570, en apenas 45 años disminuyó a 8 millones y para 1650 se reducía a 1.9 millones. Lo más patético es que en 1754 solo se contaron 612 mil nativos. Las causas de este brutal despoblamiento fueron varias: guerras, maltratos físicos, trabajo forzado, aunque tam-

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