REVISTA MINERÍA 550 | EDICIÓN JULIO 2023

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JULIO 2023 / EDICIÓN 550 80 ta, perteneciente al grupo de los anfíboles, un silicato de calcio, de magnesio y de aluminio, con proporciones variables de hierro; por sus similares aspectos ambas son llamadas comúnmente: jade. La jadeíta tiene una dureza de 6.5 a 7.0 (escala de Mohs) y un peso específico de 3.2 a 3.3 g/cm³. La nefrita, una dureza de 5.0 a 6.0 y peso específico 2.9-3.1 g/cm³. Es difícil encontrar cristales de este mineral, generalmente en forma masiva, granular o en columnas, presenta buen clivaje, algo prismático y fractura irregular o astillosa. El jade se forma en las rocas magmáticas ultrabásicas (rocas con menos de 45% de sílice en su composición), en rocas serpentenizadas y en ciertos esquistos, también se forma en vetas e inclusiones en los cherts. Presenta mínimos porcentajes en su composición de cobalto, cobre, cromo y hierro, que son los que le otorgan los diversos colores, desde un verde claro a un negro absoluto. Los españoles que arribaron al territorio maya en el siglo XVI, designaron jade a todo mineral o piedra más o menos de color verde o azulado, como el diópsido, albita, serpentina, jadeíta, nefrita y otros, por su similitud a uno llamado en Europa como “piedra de ijada” o también “piedra de costado”, que era utilizado por estos para el alivio del mal de ijada o sea, la cavidad existente entre las costillas falsas y la cadera. Este mineral al ser llevado por los españoles a Francia, altera su denominación de ijada por jade, quedándose con este último término. El jade se trabajaría en la época de los mayas, en las cercanías del yacimiento minero, pero muchas veces se debió llevar el mineral en bruto a largas distancias. Al respecto, los arqueólogos encontraron en Cuello, al norte de Belice, cuentas de jade, estas se hallaban en sepulturas que datan de más de 1500 años a.C. Este jade debió recorrer una distancia cercana a los 400 kilómetros. También se ha encontrado en lugares que hoy pertenecen a las repúblicas de Honduras, Costa Rica y centro de México, zonas que carecen de este mineral. La mayoría de piezas de jade transportadas, probablemente serían de pequeños tamaños, pero también en grandes bloques, por ejemplo, cerca de Kaminaljuyú, en el valle de Guatemala, se halló un bloque de un peso mayor a los 100 kilos. Las piezas de jade –en bruto o ya trabajadas– debieron ser transportadas por vía terrestre y fluvial, esta última mediante canoas, Máscara de jade, Pacal.

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