Por: Jorge Manco Zaconetti, docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM.

Siempre he sostenido que la minería es la “vaca lechera” de la economía peruana por el efecto multiplicador de las inversiones y gastos, por las compras a la economía local, los pagos por remuneraciones tanto a los trabajadores de planilla como a los de contratas, más los impuestos e ingresos fiscales generados como las regalías tanto legales como contractuales, así como los derechos de vigencia, el impuesto especial y gravamen minero, entre otros.

En verdad, la minería es el “salario del Perú” aunque esta afirmación sea criticada por aquellos que subestiman la participación de la minería en el valor de la producción nacional (PBI). Por lo menos con una producción de cobre superior a los 2.3 millones de toneladas, y una minería informal sobre todo aurífera, la participación de la minería metálica y no metálica debe estar bordeando el 15% del PBI.

Los buenos precios de los minerales se reflejan en los ingresos tributarios y no tributarios que está obteniendo el fisco del sector más importante de la economía peruana, como lo es la minería.

En 2021 se ha batido récord en las transferencias a las regiones solamente por canon minero, las regalías y por concepto de los derechos de vigencia y penalidad. Se han de transferir S/ 6,632 millones a los gobiernos regionales y municipalidades. Cifra superior a lo distribuido en 2019 antes de la pandemia, cuando se entregaron S/ 4,681 millones, incluso encima de las cifras reportadas en 2018 que alcanzaron los S/ 4,875 millones.

Por primera vez en la historia de las transferencias desde que se establecieron las regalías mineras como “una contraprestación” por la explotación de recursos naturales no renovables (2004), estas superan a los montos distribuidos por canon minero, que está determinado por el 50% del impuesto a la Renta pagado por los titulares mineros.

En verdad por concepto de regalías legales y contractuales por el ejercicio 2021 se deben transferir a las regiones mineras más de S/ 3,388 millones. En cambio, por canon minero lo que se debe distribuir será S/ 2,947 millones.

Esto significa que tanto los montos por distribuir por las regalías mineras que se fijan como un valor sobre las ventas según la ley de 2004, como las que se determinan como un porcentaje del margen operativo (2011), y las regalías contractuales fijadas como un valor de la producción (Las Bambas, Toromocho, Bayóvar, entre otros), superan los montos del canon minero que, desde la ley general del canon de 2001, se determina por el 50% del impuesto a la Renta.

Esto es importante de señalar, pues debemos aprovechar las tendencias alcistas de los precios del cobre que superan los US$ 4.50 la libra como la cotización del oro que se fortalece como refugio de valor ante la debilidad y depreciación del dólar americano.

Regiones mineras

En la práctica las regiones que más perciben los ingresos por concepto de canon, regalías y derechos de vigencia son Áncash con S/ 1,458 millones y Arequipa con S/ 1,446 millones. Están cuasi empatadas en estos recursos por transferir por el gobierno del presidente Pedro Castillo antes del mes de junio del presente.

En verdad, el valor como resultado de los altos precios del cobre producido en la Compañía Minera Antamina (Áncash) y Sociedad Minera Cerro Verde (Arequipa) determina valores extraordinarios por concepto de regalías. Solamente Arequipa percibe S/ 3,388 millones, un valor equivalente a los S/ 1,177 millones de las regalías pagadas. Es decir, el departamento mistiano percibe casi la tercera parte del total de regalías por distribuir correspondientes a 2021.

En el mismo sentido la región de Áncash debe percibir por regalías legales y contractuales la suma de S/ 588 millones, gracias a las regalías aplicadas a la Compañía Minera Antamina que opera en el Callejón de Conchucos provincia de Huari, distrito de San Marcos.

Por ello, se podría afirmar que si la región de Áncash por concepto de canon, regalías y derechos de vigencia ha de percibir por el 2021 transferencias del orden de los S/ 1,458 millones, la provincia de Huari ha de captar el 25% de lo pagado y el distrito de San Marcos no menos del 10% del total.

Qué puede hacer un distrito de no más de 20 mil habitantes como el de San Marcos con transferencias del orden del 10% de los S/ 1,458 millones. Prácticamente el distrito minero más rico del país no tiene resuelto los problemas de agua y desagüe a pesar de las millonarias transferencias generadas a partir de la riqueza minera.

En tal sentido, la ley general del canon minero y de regalías deben ser evaluadas en función del desarrollo u atraso de las regiones mineras. Resulta inaceptable que importantes montos de canon y regalías no se ejecuten por los gobiernos locales y regionales, donde lamentablemente se han presentado actos ilícitos en la formulación y ejecución de los proyectos por parte de las autoridades municipales.

Por último, entre los departamentos que más transferencias por canon, regalías y derechos de vigencia recibieron, también se ubica Ica con S/ 527 millones, que básicamente se explican por las operaciones de la Minera Shougang Hierro Perú que ha levantado de manera significativa la producción de hierro, y también a los buenos precios del mineral.

Una mención aparte se relaciona con las transferencias a la región de Apurímac que por el ejercicio 2021 ha de percibir S/ 386 millones. En verdad, ante los recurrentes conflictos sociales generados por el transporte del mineral de cobre hacia el puerto de Matarani (Arequipa) de parte de la Minera Las Bambas de capitales chinos, debiera ser evidente que la paralización de las actividades mineras afecta los recursos del canon y regalías por transferir.

Por ahora mientras los inversionistas del proyecto Las Bambas no recuperen su inversión, las transferencias que se abonan se relacionan básicamente con las regalías contractuales que tiene que pagar la empresa minera, que se han fijado con el Estado peruano como el 3 % sobre el valor de las ventas.

En verdad, si fueran realidad la mayoría de proyectos mineros, el futuro del país sería otro, de crecimiento económico por el efecto multiplicador de las inversiones. En el actual contexto de “crisis política” y desempleo debieran reactivarse tales proyectos con la debida responsabilidad social, ambiental y tributaria.