El alto potencial geológico del Perú es reconocido en el ámbito mundial por diferentes organizaciones referentes de las Ciencias de la Tierra y se valida año tras año en los ranking de producción de los principales metales base y preciosos, en los que nuestro país figura en los primeros lugares.Por su parte, desde finales del siglo pasado el desarrollo tecnológico registra avances sin precedentes en la historia de la humanidad con aplicaciones que cruzan transversalmente a todas las industrias y actividades. Indudablemente la minería en sus diferentes procesos no es ajena a estos cambios disruptivos que impulsan la excelencia operacional.En tal sentido, son múltiples los ejemplos que tenemos en la minería peruana de estas aplicaciones y, específicamente, en el campo de la exploración minera, como los que se presentaron en el décimo segundo Congreso Internacional de Prospectores y Exploradores (proEXPLO 2021), que organizó a fines de marzo el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.Es plausible como en la última década las empresas mineras han implementado modernas tecnologías para sus áreas de geología y exploraciones, que han permitido optimizar la evaluación de los recursos minerales.Asimismo, entidades como el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico han incorporado, por ejemplo, la inteligencia artificial para perfeccionar la información geológica nacional que ofrecen al mundo en beneficio de incrementar la inversión en exploraciones.Esto es de vital importancia para la industria en la medida que la exploración es la primera etapa en la cadena de valor de la minería. Sin la búsqueda de nuevos yacimientos los recursos y reservas se agotarán en el tiempo, las minas terminarán su vida útil y la producción llegará a su final, con lo que ello representa para la economía y los ingresos del Estado. Por el contrario, la utilización de lo último de la tecnología permite contar con mayor información sistematizada, llegar a zonas no exploradas y mejorar los procesos, lo que redunda en hallar nuevos depósitos minerales, y se debe tomar en cuenta que de cada mil exploraciones, cien llegan a prefactibilidad y solo una se convierte en una mina de clase mundial.Este esfuerzo de la industria minera, requiere contar con el acompañamiento del Estado, al igual como sucede en los países que atraen más inversión, con la aplicación de regulaciones y políticas que faciliten los procesos e incentiven la actividad exploratoria.En ese contexto, lamentablemente en los últimos años hemos asistido a un retroceso en materia de la regulación aplicada a la minería y, específicamente a las exploraciones, que nos han restado competitividad, lo que urge ser revisado por el nuevo gobierno que asuma el 28 de julio. En momentos que atravesamos una de las crisis económicas y sanitarias más duras de nuestra historia, es imprescindible eliminar las barreras que limitan la actividad minera en toda su cadena de valor, sin relajar la indudablemente necesaria protección del medio ambiente, para aprovechar un contexto internacional con precios y una proyección favorable. La oportunidad que nos ofrece la explotación racional de los recursos minerales está vigente y en una buena posición en el inicio del siglo XXI, está en nuestras manos gestionarla de la mejor manera en beneficio del desarrollo del país y el bienestar de todos los peruanos.Venancio Astucuri, Director