Contrariamente a lo que algunos sectores de la población aún creen, la minería peruana formal en la actualidad es una de las actividades más intensivas en la incorporación de nuevas tecnologías que le permiten ser más sostenible y competitiva, lo que sin duda, repercute en su aporte al desarrollo del país.

Como prueba de ello, la semana anterior en el marco de las actividades que organiza el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), a manera de preámbulo tanto de PERUMIN 35 como ProEXPLO 2023, se presentaron experiencias concretas de aplicación de innovaciones para hacer cada vez mejores a las operaciones mineras.

En ese sentido, es de destacar el uso de Big Data, Inteligencia Artificial, Machine Learning, Ore Sorting y espectroscopia, entre otros, en diferentes procesos que van desde la exploración minera hasta el cierre de minas, con lo que se abarca todas las etapas de la vida de una mina.

Igualmente, y con una mirada hacia la protección del medio ambiente global y local, las principales compañías mineras transitan en el cambio progresivo de su flota de camiones de acarreo a diésel a modernos volquetes con motores eléctricos, como paso previo a la conversión total a sistemas sin emisiones de gases de efecto invernadero.

Asimismo, con una preocupación genuina por la seguridad y salud de los trabajadores, algunas empresas han implementado no solo enfoques sino tecnologías en base a sensores para lograr la meta de cero accidentes por más de 5 años consecutivos, lo que a todas luces es algo plausible.

Esto es un aspecto clave en la implementación del enfoque ESG (environmental, social and governance), que rige en el ámbito global y que también está presente en la agenda y labor de varias de las operaciones mineras que, adelantándose a lo que podría incorporarse en la legislación nacional a futuro, ya aplican criterios que fomentan la sostenibilidad.

La minería peruana, en la medida que en nuestro país operan las empresas globales más importantes del mundo, a lo que se suma la experiencia de los ingenieros nacionales, aplica, desarrolla e invierte en innovaciones en forma constante, con el objetivo de ser cada vez más productiva, pero también más sostenible.

Esperemos que desde el sector público no solo se destaque los grandes aportes económicos que realiza la industria minera en las regiones, sino también el aspecto tecnológico que incorpora, para apreciar y valorar en su real dimensión a una actividad que podría generar aún más beneficios de los que ya ofrece al desarrollo del país.

Venancio Astucuri, director