En el análisis de los 200 años del Perú como nación independiente, si bien siempre tuvo en la industria minera a un aliado en el desarrollo en los momentos más críticos de la historia, es a partir de la década de los noventa que el país se ha consolidado como una potencia minera mundial.

Así lo afirmó el exministro de Economía y Finanzas, Miguel Castilla, en el Jueves Minero “Perú y la minería del Bicentenario”, que organizó el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) el 22 de julio último.

Sostuvo que para aprovechar la ventana de oportunidad que constituyen los actuales precios de los commodities, es necesario mantener la competitividad minera –venida a menos en los últimos años debido a la mayor regulación, incremento de la carga tributaria, falta de gestión pública y la politización– y apuntalar la recuperación económica pospandemia.

“El proceso de inversiones a nivel descentralizado se ha focalizado de manera excesiva en la provisión de infraestructura y no en servicios de calidad, por ello es que las poblaciones no sienten el impacto positivo que ha tenido la minería en últimos años”, explicó.

En tal sentido, dijo que para mejorar la distribución del canon en las zonas de influencia minera se requiere una planificación prospectiva del desarrollo territorial, complementando las inversiones en los tres niveles de gobierno.

“Igualmente, migrar a modelos de ejecución más eficientes y transparentes, centrar la atención en la provisión de servicios básicos e incentivar la participación del sector privado más allá de la construcción de la obra”, agregó.

Además, indicó que se necesita reformar a fondo el proceso de descentralización para tener un Estado que sirva a los ciudadanos, lo que incluso podría justificar una reforma constitucional.

En ese contexto, el presidente del IIMP, Víctor Gobitz afirmó que la industria minera puede aportar en el desafío de mejorar la gestión pública y trasladar todo su conocimiento de planificación de largo plazo hacia las instancias gubernamentales para adoptar metodologías más robustas y sostenibles en el tiempo.

“Creemos que no es un tema de incrementar impuestos, ya que tenemos un país con un nivel de informalidad muy alto. El gran reto, la primera tuerca que hay que ajustar es la gestión pública y el sector minero puede ser una pieza fundamental de soporte para construir institucionalidad”, remarcó.

Por su parte, la presidenta del directorio de Compañía Minera Poderosa, Eva Arias recordó el legado de su padre Jesús y su abuelo Agustín, quienes siempre tuvieron una excelente relación con las poblaciones del entorno donde desarrollaron la actividad minera, lo que generó un progreso armónico. 

“Por ello, el lema de Compañía Minera Poderosa es: `El poder del esfuerzo conjunto´, porque mantenemos la senda que marcaron nuestros fundadores, con lo que hemos beneficiado a más de 25 mil personas en la zona de Pataz donde operamos, y sentimos gran orgullo de hacer minería en el Perú”, enfatizó.    

En su alocución, el expresidente del IIMP, Augusto Baertl expresó estar de acuerdo con el presidente electo Pedro Castillo en el sentido que no deben existir pobres en un país rico como el nuestro, por lo que la atención debe enfocarse en cómo poner en valor los proyectos mineros y facilitar la labor exploratoria.

“Es urgente despolitizar la relación empresa, comunidad y Estado, para con una visión técnica determinar lo que es mejor para el país y la minería pueda desarrollarse en un ambiente de paz social, donde las autoridades locales, regionales y nacionales sean más eficientes con el fin de mejorar la calidad de vida de más peruanos”, manifestó.

A su turno, el presidente ejecutivo de Compañía de Minas Buenaventura, Roque Benavides sostuvo que la minería responsable que contribuye con la formalidad y no se alinea con la corrupción, no puede desarrollarse con la aplicación de medidas populistas.

“Sin duda promover la puesta en marcha de los nuevos proyectos mineros impulsará la economía del país mucho más que incrementar los impuestos a los que ya operamos. Por ello, debemos establecer consensos entre Estado y empresa, para analizar lo que es más beneficioso para el Perú”, remarcó.

Finalmente, el expresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Hans Flury hizo un recorrido histórico respecto de la legislación minera desde 1821 hasta la actualidad, y destacó que una de las primeras medidas que se adoptaron en la naciente república fue la creación de la primera Dirección General de Minería.

“Después de la guerra con Chile para impulsar la recuperación económica se dio la primera ley de estabilidad tributaria para la industria minera. Luego el Código de Minería de 1950 impulsó esta actividad con el valioso aporte de Mario Samamé Boggio y en 1990 –en otro momento de una aguda crisis económica y social– se promulgó la Ley de Promoción de Inversiones en el Sector Minero, que declaró de interés nacional a la minería”, detalló.