El presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), Darío Zegarra saludó la presentación del proyecto de ley de la Minería Artesanal y a Pequeña Escala (MAPE), pero mostró su preocupación por el escaso tiempo que tiene el Congreso para debatirlo, pues estamos a pocas semanas de que concluya la presente legislatura.“Tenemos una oportunidad de ser ambiciosos y contar con un mecanismo efectivo de formalización que sea predecible, eficaz y transparente para adherir a este segmento a la economía formal y que se zanje una línea muy clara con la ilegalidad”, detalló en declaraciones con RPP Noticias.En ese sentido, añadió que el proceso de formalización debe incluir la transferencia de capacidades y tecnologías, que permitan que los empresarios que buscan formalizar sus actividades sean también referentes de competitividad con mejores estándares de seguridad y salud para sus trabajadores. En otro momento, reiteró su cuestionamiento al uso que se le ha dado al Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) que, a su criterio, ha sido una puerta abierta a la ilegalidad en la extracción de minerales, de muertes, extorsión y ataques a la propiedad privada.“Seguir extendiendo los plazos es algo que no debemos permitirnos. Tenemos que poner medidas concretas para detener la ilegalidad. Se requiere de un debate público y que sean muy claras las posiciones de los representantes en el Congreso”, concluyó.El Consejo de Ministros aprobó la semana anterior el proyecto de ley para la formalización de la MAPE y lo ha presentado al Congreso de la República para su discusión y eventual aprobación.Según el gobierno, la iniciativa de ley apunta a brindar a los mineros la oportunidad de ser parte de un proceso de formalización, y descartó que su objetivo sea convertir en ilegales a todos los mineros inscritos en el Reinfo, cuyo plazo de vigencia se ampliaría por seis meses a partir del 2025.El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén señaló que este proyecto demuestra la voluntad del gobierno nacional por formalizar la actividad minera, proteger el medio ambiente y a las comunidades originarias, así como hacer frente a la violencia en torno a la minería ilegal.