Por: Tyrone Polleri con la colaboración de Clemens Müller-Falcke y Valery Salas, Consultores de McKinsey & Co.

Es una tendencia global: el cambio climático y su sentido de urgencia están modificando el modelo de negocio de las industrias. Casi todas las grandes compañías del mundo ya han asumido un compromiso concreto de descarbonización y lo han difundido en planes escalonados, con porcentajes y plazos, para la reducción de sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). 

La meta compartida es cumplir con lo que exige el Acuerdo de París: el desafío de “limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2, preferiblemente a 1.5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales”[1].La industria minera también se ha sumado al desafío. Compañías como Freeport, Glencore y Anglo American, por ejemplo, se han propuesto reducir sus emisiones de carbono al 15% al 2030[2], 50% al 2035[3] y 100% al 2040[4], respectivamente. En el ámbito nacional, por ejemplo, Minsur ha manifestado su objetivo de lograr cero emisiones para el 2050, y Hochschild, apuntan a lo mismo a un largo plazo.

Este cambio en la composición energética para la sostenibilidad de las operaciones mineras representa, a todas luces, un reto. Pero también, una oportunidad única para la industria energética y para los países con mejores condiciones para desarrollarla. 

Es el caso del Perú, su potencial radica en elevada radiación solar que posee su geografía (entre 6.0 a 6.5 kWh/m²)[5] y su capacidad eólica que puede llegar hasta 77.000MW de energía[6]. Como resultado, ambos factores combinados podrían ayudar a posicionar al Perú como un Hub de hidrógeno verde para el mundo, sin dejar de alimentar su demanda energética interna. 

H2: una oportunidad de descarbonización para la minería

Según el artículo Creating the Zero Carbon Mine[7], cerca del 60% de las emisiones directas e indirectas de la industria minera provienen del diésel, mientras que un 40% restante es el originado por la producción de electricidad por fuentes no renovables en plantas termoeléctricas. Por eso mismo, el hidrógeno verde, una fuente de energía versátil, capaz de reemplazar el combustible y también de generar electricidad, se perfila como una solución eficaz para la descarbonización transversal de la minería. 

Las propuestas tecnológicas para adaptarlo a las necesidades mineras, especialmente en los procesos donde podría eliminarse hasta el 80% de emisiones, están en desarrollo o ya han empezado a incorporarse. Por ejemplo, existen esfuerzos de colaboración entre operadores y OEMs[8], que vienen marcando hitos a nivel mundial al transformar un camión minero con capacidad de carga de 290 toneladas, que tradicionalmente funciona a diésel, en el primer camión minero impulsado por hidrógeno verde. 

El potencial peruano para la producción de hidrógeno

Para evaluar la competitividad de un país en la producción de hidrógeno verde, es preciso calcular el LCOH o costo nivelado del hidrógeno: cuánto cuesta construir y operar una instalación de hidrógeno durante un tiempo determinado. 

El Perú, por su geografía y su riqueza natural, ocupa una posición ventajosa en este punto. De acuerdo con el estudio del Potencial del Hidrógeno Verde en el Perú[9], donde se analizaron el potencial eólico, solar y el precio de la electricidad del país (las tres variables claves para la producción de H2) el Perú podría alcanzar uno de los LCOH más competitivos del mundo a mediano y largo plazo, comparable a países como Chile y Australia, y superando entre un 20 y 30% el promedio mundial.

De hecho, los posibles centros de producción, las regiones Norte y Sur, destacan por su amplia disponibilidad de recursos renovables: un significativo potencial eólico en ambos casos y, en la región Sur en particular, una de las zonas con mayor capacidad para producir energía solar del mundo. En estas condiciones, es posible crear de tres a cinco proyectos de producción de hidrógeno verde a gran escala, utilizando solo entre el 10 y el 20% de la capacidad energética de las zonas más costo eficientes del país, para la exportación de energía verde y también, para abastecer la demanda interna. Un escenario que, a su vez, representaría aproximadamente 4 mil millones de dólares de ingresos anuales y cerca de 20 mil millones de dólares de inversión, sin contar el potencial de creación de decenas de miles de puestos de trabajo y la reducción de aproximadamente 550,000 tCO₂eq emitidas por la industria actualmente, más la posibilidad de duplicar la reducción de emisiones en la cadena de valor.

Una ruta para la energía verde en Perú

Un primer paso para acelerar la industria de hidrógeno nacional podría ser (siguiendo los pasos de países vecinos como Chile y Uruguay) el desarrollo de la Hoja de Ruta y Estrategia Nacional del Hidrógeno Verde del Perú[10]. Para ello, se requiere la colaboración activa entre el sector público y privado para que, sobre esa base, el siguiente paso sea crear un plan de implementación de proyectos, con hitos claros para el 2025, 2030 y 2035.

En paralelo, el Perú debería trabajar en habilitadores claves para esta estrategia y plan de implementación entreguen su máximo valor. Por ejemplo:

1. Como lo sugiere Patrick Kelly, Líder de la Práctica de Sostenibilidad de McKinsey en Perú “Es prioritario concientizar a todos los sectores de la sociedad sobre el alto potencial tanto ambiental como de negocios que representa el hidrogeno verde. Asimismo, es clave trasparentar los principales desafíos del corto plazo, para, como sociedad, vencerlos y materializar la oportunidad.”

2. Encontrar el capital humano especializado. En una primera etapa, a través de capacitaciones internacionales que acerquen a los profesionales a las mejores prácticas de la región y del mundo, y que puedan ser importadas para diseñar programas de formación y certificaciones en universidades peruanas, en un corto o mediano plazo. Lo que, además, representaría una oportunidad para la formación especializada en el país.

3. Construir la relación con los stakeholders y comunidades vecinas para el desarrollo de los proyectos. Considerar a los inversionistas, desarrolladores, sector público, privado, pero también a las comunidades pues solo con su apoyo el proyecto podrá alcanzar el máximo impacto y desarrollo local/regional: creando trabajo e inversiones locales y reduciendo emisiones.

Así, con los incentivos correctos, y una hoja de ruta adecuada, el Perú podría aprovechar el potencial de sus recursos y características físicas, y asumir un lugar sumamente ventajoso frente al resto de países. Por un lado, para desarrollar una industria de energía renovable sólida, capaz de encausar sus principales actividades económicas a un modelo sostenible, pero también para posicionarse como uno de los principales jugadores del mercado del hidrógeno verde en el mundo.

[1] Acuerdo de París – CMNUCC: https://unfccc.int/es/acerca-de-las-ndc/el-acuerdo-de-paris

[2] 2021 Annual report on sustainability – Freeport McMoran: https://view.publitas.com/freeport-mcmoran/2021-annual-report-on-sustainability/page/14-15

[3] 2021 Annual sustainability report – Glencore: https://www.glencore.com/sustainability

[4] 2021 Annual sustainability report – Angloamerican: https://www.angloamerican.com/~/media/Files/A/Anglo-American-Group/PLC/investors/annual-reporting/2022/aa-sustainability-report-full-2021.pdf

[5] Atlas de la Energía Solar del Perú – Senamhi, Ministerio de Energía y Minas del Perú

[6] Perú alberga gran potencial para energías renovables– Bnamericas, Osinergmin: https://www.bnamericas.com/es/noticias/peru-alberga-gran-potencial-para-energias-renovables

[7] Creating the Zero Carbon Mine – McKinsey: https://www.mckinsey.com/industries/metals-and-mining/our-insights/creating-the-zero-carbon-mine

[8] Press Release – Angloamerican: https://www.angloamerican.com/media/press-releases/2022/06-05-2022

[9] Potencial del Hidrógeno Verde en el Perú – Asociación Peruana de Hidrógeno, Engie Impact: https://h2.pe/uploads/20210908_H2-Peru_Estudio-final.pdf

[10] Nota de prensa – MINAM: https://www.gob.pe/institucion/minam/noticias/630497-minam-y-minem-promueven-uso-del-hidrogeno-verde-frente-a-la-emergencia-climatica