Por: Raúl Rojas Vera, consultor en minería artesanal y en pequeña escala (MAPE).Básicamente desde inicios del presente siglo, ha crecido el interés por parte de varios organismos, instituciones, incluso la academia, sobremanera de organismos internacionales como el International Institute for Environment and Development (IIED), Intergovernmental Forum on Mining, Minerals, Metals and Sustainable Development (IGF), Mining, Minerals and Sustainable Development Project (MMSD), Banco Mundial, entre otros, para estudiar el fenómeno global de la minería artesanal, que usualmente se le denomina MAPE, específicamente por el potencial socio/económico que representa para las economías y poblaciones donde se desarrolla, que generalmente son zonas rurales altoandinas.En anteriores artículos hemos precisado las razones del crecimiento significativo de la minería artesanal a nivel mundial y, por lo general de manera informal, siendo una de las causas principales: el alza del precio internacional de algunos minerales, específicamente del oro y, por supuesto, la falta de empleo y oportunidades, lo que ha agudizado singularmente la pobreza.En el caso particular de nuestro país, como lo ha señalado la Dirección General de Formalización Minera del Minem, en la actualidad la minería a pequeña escala se ha extendido en todas las regiones, extrayendo diversos minerales, si bien en mayor medida son minerales metálicos, principalmente el oro, también se extrae minerales no metálicos, como el carbón, grava, arena, incluso materiales de construcción, propiciando un emprendimiento para quienes lo ejercen.Un aspecto importante que hay que resaltar, y que muchos desconocen, es con relación a los encadenamientos productivos locales que se generan, tanto hacia atrás como hacia adelante.Hacia atrás, puesto que la minería artesanal a diferencia de la minería industrial convencional (mediana y gran minería) consume y se abastece casi en su totalidad de productos de la zona y utiliza servicios locales. Y hacia adelante, puesto que el mineral extraído, en particular el oro se comercializa por lo general localmente a través de compradores de la zona.Definitivamente todo este dinamismo económico y social es consecuencia de los emprendimientos generados por quienes lo ejercen, principalmente para satisfacer necesidades básicas, aliviando la pobreza, representando la minería artesanal una oportunidad única, debido a la falta de pertinencia. En nuestro país, tenemos casos concretos de emprendimientos en la minería artesanal como: Minera Aurífera Cuatro de Enero S.A. (MACDESA), ubicada en el distrito de Cháparra, provincia de Caravelí, región Arequipa; Comunidad Aurífera Relave S.A. (AURELSA), situada en el distrito de Pullo, provincia de Parinacochas, región Ayacucho; Central de Cooperativas Mineras de San Antonio de Poto (CECOMSAP), ubicada en el distrito de Ananea, provincia de San Antonio de Putina, región Puno; Asociación Pepas de Oro de Pampamarca (AMAPOP), que opera en el distrito de Cotaruse, provincia de Aymaraes, región Apurímac, entre muchos otros.Siendo el caso más notable, el de la comunidad campesina de Llacuabamba, ubicada en el distrito de Parcoy, provincia de Pataz, región La Libertad, que ha sido la primera comunidad campesina en culminar su proceso de formalización en 2015, que incluso merced a su esfuerzo, en la actualidad cuenta con el reconocimiento de pequeño productor minero (PPM).En la práctica, el crecimiento de la minería artesanal está permitiendo más emprendimientos tanto de personas naturales como jurídicas, y es vital que el Estado se involucre y los apoye, lo que implica una real protección y promoción de la actividad, ya que, si bien la norma existe, no se refleja en la práctica.Este soporte por parte del Estado requiere implementar normativas y programas de apoyo, buscando garantizar un entorno favorable para el desarrollo del emprendedurismo. No olvidemos que el Perú posee una cultura emprendedora extraordinaria (que comienza a crecer a mediados de los años 90), que representa un gran capital social, pero que lamentablemente se ve afectada por barreras que ocasionan muchas veces la mortalidad del emprendimiento. En el caso de la minería artesanal, el primer paso para superar dichas barreras, es culminar con el proceso de formalización, con el fin de vencer los obstáculos de la informalidad, como la incapacidad de gestión de la minería a pequeña escala, los ingresos no acordes con sus expectativas basados por lo general en el empirismo, no acceso al financiamiento, entre otros factores, con el objetivo que la actividad sea competitiva. Más aún la informalidad de la minería artesanal, no está permitiendo que se le reconozca como una posibilidad concreta de desarrollo sostenible para las zonas rurales donde opera.Incluso, pese a las evidencias, los responsables de las políticas públicas no reconocen la relevancia de la minería artesanal, y no la incluyen en las estrategias nacionales de desarrollo y alivio de la pobreza para las zonas rurales. Al respecto, en la Política Nacional Multisectorial para la Pequeña Minería y Minería Artesanal al 2030 (que ya fue aprobada), los lineamientos del objetivo prioritario N° 2 creemos que van en la dirección correcta para la consolidación de los emprendimientos, siendo el principal, el lineamiento N° 7 que tiene que ver directamente con el fortalecimiento de la formalización. Finalmente podemos inferir que la minería artesanal es un ejemplo de emprendimiento que exige mucho esfuerzo y dedicación.