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MARCO DE PRESENTACIÓN Y BENCHMARKING DE PROYECTOS DE RECURSOS

Por: M A Noppé, director del Instituto de Minerales Sostenibles (SMI) de la Universidad de Queensland.


Resumen

Este artículo se publicó por primera vez en el Project Evaluation Conference Proceedings 2016 (Adelaida, Australia) del Instituto de Minería y Metalurgia de Australasia.

Los inversores y otras partes interesadas que evalúan el riesgo, la oportunidad y el valor relativo asociados a un proyecto de recursos necesitan apreciar la iniciativa en su contexto correcto. Las fallas, las omisiones, los informes sesgados o la información contradictoria pueden dar lugar a una interpretación errónea de los resultados técnicos y financieros, lo que se traduce en estimaciones o hipótesis sesgadas sobre el valor del proyecto. 

Este artículo ofrece un marco sencillo de presentación de recursos para mostrar la situación de un proyecto que puede compararse fácilmente con otros similares e ilustrar las etapas necesarias para que los resultados alcancen mayores niveles de certidumbre. El marco se basa en definiciones y directrices de fácil acceso en diversos códigos para la presentación de informes de la industria de los recursos y en los requisitos de presentación de las empresas públicas.

Asimismo, evalúa tres áreas clave para situar un proyecto de recursos en su contexto relativo correcto, que son: la etapa de desarrollo; la confianza en los resultados de la exploración, los recursos minerales y/o las reservas de mineral, y el nivel de exactitud, precisión y confianza en los estudios técnicos y económicos que respaldan los resultados reportados o las opciones.

La aplicación del marco se ilustra con dos ejemplos de proyectos, uno de ellos extraído de informes públicos de empresas y el otro de dos iniciativas de desarrollo.

Introducción

La minería es un negocio intrínsecamente arriesgado, desde las incertidumbres técnicas, medioambientales, sociales y económicas asociadas al avance de una prospección hasta convertirse en un proyecto viable, incluyendo los riesgos e incertidumbres operativos, de mercado y de seguridad asociados a una mina desarrollada. 

Puesto que no podemos escapar totalmente al riesgo y la incertidumbre relacionados con los proyectos de recursos, como profesionales del sector deberíamos mejorar nuestra presentación de los riesgos al alza y a la baja en el contexto de la trayectoria de desarrollo y la madurez del proyecto. 

Unas opiniones más transparentes, coherentes y equilibradas sobre la confianza técnica para informar mejor a las partes interesadas, tanto internas como externas, sobre el riesgo previsto, constituyen el eje central de los códigos internacionales de presentación de informes, como el Código JORC (JORC, 2012), el Código Samrec (Samrec, 2009) y los requisitos canadienses de presentación de informes del Instrumento Nacional 43-101 (NI43-101, 2011), así como los requerimientos de presentación de informes de las empresas públicas, como la Comisión Australiana de Valores e Inversiones (ASIC) y la Bolsa de Valores de Australia (ASX).

Sin embargo, a pesar de las definiciones y orientaciones sobre la presentación de informes de resultados de exploración, recursos minerales, reservas de mineral y detalles del proyecto, los resultados de los estudios técnicos y económicos y los atributos no se comunican necesariamente de forma coherente en el dominio público con respecto a la confianza (exactitud y precisión) en dichos resultados estimados. 

Del mismo modo, las etapas y los riesgos asociados inherentes al avance de un proyecto hacia su siguiente nivel de toma de decisiones tampoco se presentan o articulan siempre con claridad. El término clave aquí es: "estimado". Las inconsistencias a la hora de transmitir claramente la exactitud, precisión y confianza esperadas en las estimaciones del proyecto en las distintas etapas de desarrollo pueden dar lugar a interpretaciones engañosas o incorrectas del riesgo asociado por parte de quienes confíen en esta información.

Además, si bien esperamos que todas las partes interesadas en interpretar o basarse en la información pública de los proyectos estén familiarizadas con los códigos y directrices de presentación de informes, no siempre es así. A pesar de que los códigos y directrices son documentos relativamente breves, algunas partes interesadas que confían en los resultados comunicados al público tienden a hojear el contenido de los códigos o directrices, o a centrarse selectivamente en las secciones que consideran más aplicables a su caso. Esto se complica aún más por las diferentes interpretaciones, a veces subjetivas, de los códigos y directrices por parte de la entidad informadora, motivada para presentar un proyecto de forma conservadora u optimista, en función de su papel en el proyecto. 

La inconsistencia en la presentación de informes sobre los principales supuestos de los proyectos y los resultados estimados en todo el sector significa que quienes confían en el valor nominal de la información pueden no ser plenamente conscientes de los riesgos u oportunidades inherentes a estos datos y, por lo tanto, no estar en condiciones de tomar una decisión informada sobre los valores reportados. 

Los inversionistas y otras partes interesadas que evalúan el riesgo, la oportunidad y el valor relativo asociados a un proyecto de recursos necesitan apreciar la información en su contexto relativo correcto. Una evaluación más equilibrada de las estimaciones y el estado técnico y financiero de un proyecto puede ayudar a evitar la posibilidad de malinterpretar la información y sesgar las estimaciones o hipótesis sobre el estado y el valor proyectado. 

El proceso de presentación de un proyecto en un marco equilibrado requiere una revisión crítica y objetiva de los atributos clave. En un nivel alto, la información puede proceder de informes públicos, del acceso a informes complementarios detallados o de los resultados de un proceso de diligencia debida. Al utilizar el marco, es necesario cotejar los resultados con diversas fuentes de los antecedentes, junto con la experiencia y el juicio profesionales. 

Esta revisión puede cuestionar, si es necesario, la divulgación de información a veces subjetiva o excesivamente confiada de los promotores de un proyecto, o los casos en los que una empresa parece estar reteniendo información sobre una iniciativa a un nivel más avanzado. Esta crítica objetiva es importante para las partes interesadas externas, ya que puede identificar información contradictoria en los informes de la empresa, proporcionando así más data sobre la estrategia para ese recurso.

Contexto del proyecto

Los requisitos relativos a la divulgación de información al público por parte de entidades y/o profesionales que cotizan en bolsa se rigen en Australia por códigos o directrices como el Código JORC (JORC, 2012), el Código Valmin (Comité Valmin, 2005) y las normas de cotización de la ASX (ASX, 2014). Estos requisitos mejoran la transparencia de la divulgación de información sobre los criterios esenciales de los proyectos y deberían permitir a las partes interesadas evaluar y comparar fácilmente la situación de un proyecto. 

En particular, una iniciativa debe considerarse en el contexto de sus supuestos técnicos y económicos reportados y los resultados estimados con respecto a su confianza, etapa de desarrollo y riesgos y oportunidades asociados. Cuando la información esperada no esté fácilmente disponible, no se informe con claridad o tal vez incluso sea contradictoria, estos datos, o la ausencia de ellos, pueden igualmente informar a las partes interesadas sobre el contexto relativo y la confianza del proyecto.

A continuación se examinan las principales consideraciones que se desprenden de la información presentada públicamente, antes de combinar estos criterios en un marco equilibrado para presentar la situación de un proyecto en su contexto relativo correcto.

Resultados de exploración, tonelaje y ley estimados

La edición actual del Código JORC (JORC, 2012) proporciona definiciones y orientaciones para apoyar la transparencia en la notificación de los resultados, los objetivos de exploración, los recursos minerales y las reservas de mineral. El Código incluye orientaciones sobre la consideración de los factores modificadores y la realización de estudios técnico-económicos de alcance, prefactibilidad y factibilidad. El Código JORC no aborda el uso o la presentación de estimaciones históricas o externas, ni la presentación de objetivos de producción: estos aspectos están cubiertos por las normas de cotización de la ASX.

La presentación de los resultados de exploración durante las etapas iniciales y avanzadas incluye la divulgación tanto de los resultados de las muestras pertinentes como de los objetivos de exploración. A medida que el proyecto avanza hacia la etapa de predesarrollo y evaluación de recursos, las estimaciones de tonelaje y ley se fundamentan en datos y evaluaciones de criterios técnicos y económicos suficientes para permitir la elaboración de informes sobre recursos minerales y reservas. La reserva de mineral presentada incluirá un programa de producción minera viable con la precisión relativa de una reserva de mineral probable o probada.

Es importante que las partes interesadas que confíen en un recurso mineral reportado tengan en cuenta que esto significa que el recurso debe tener "posibilidades razonables de una eventual extracción económica". El Código JORC establece que esto "implica una evaluación (aunque preliminar) por parte de la Persona Competente con respecto a todas las cuestiones que puedan influir en la perspectiva de extracción económica, incluidos los parámetros mineros aproximados" (JORC, 2012). 

Algunos argumentan que la consideración de "parámetros mineros aproximados" es demasiado restrictiva o conservadora para definir un recurso mineral y similar a la consideración y aplicación de factores modificadores requeridos para definir una reserva mineral. Otros aplican selectivamente esta evaluación económica al definir los recursos indicados y medidos, pero no al definir los recursos inferidos. Hay casos en los que la interpretación de "extracción económica eventual" se ha ampliado para especular sobre métodos mineros, extracción metalúrgica o acceso a la tierra que pueden ser posibles en el futuro, pero que todavía no están demostrados, disponibles o no son viables. 

Estos extremos o incluso variaciones más sutiles, en la interpretación de la definición de recursos y los criterios de confianza de los recursos pueden dar lugar a categorías de recursos declarados materialmente diferentes e incluso a cantidades y leyes diferentes para el mismo yacimiento (Noppe, 2014). Aunque el Código JORC no establece la forma en que una persona competente debe llevar a cabo sus evaluaciones, sí proporciona definiciones y orientaciones para facilitar la uniformidad y la transparencia de los factores que deben tenerse en cuenta y sobre los que debe informarse, con el fin de evitar, o al menos explicar, esas evidentes diferencias de interpretación. 

Consideremos otro ejemplo general: el Código JORC define que las reservas de mineral deben derivarse de las partes Indicadas y medidas de un recurso mineral mediante la consideración de factores modificadores evaluados al nivel de al menos un estudio de prefactibilidad. Esto no significa necesariamente que todos los recursos medidos se conviertan en reservas probadas (o los recursos indicados en reservas probables), como se ilustra en la Figura 1. 

Para poder informar sobre las reservas, la evaluación debe demostrar un plan minero y un programa de producción técnicamente realizable y económicamente viable para las reservas de mineral declaradas. Igualmente importante es que el nivel de confianza en cada uno de los factores modificadores pertinentes respalde la categoría de confianza de la reserva mineral. Es muy posible que un menor nivel de confianza en un solo factor modificador importante pueda significar que la parte correspondiente del recurso medido se clasifique mejor como reserva probable que como reserva probada o, en un caso extremo, que el recurso no se convierta en reserva mineral en absoluto bajo los supuestos actuales. Al reducir la confianza declarada se reconoce el impacto material que un factor modificador puede tener en la viabilidad técnica o económica del proyecto a la hora de presentar el informe. 

Una información transparente y coherente de los supuestos clave sobre recursos y reservas permitirá a quienes se basen en los resultados presentados conocer, al menos a un nivel elevado, el estado de evaluación pertinente y la confianza inherente a estos datos. Aunque el Código JORC exige que se comuniquen y justifiquen los supuestos significativos, sería útil ampliar la información para incluir un análisis de la sensibilidad de los recursos y reservas estimados a los cambios en los supuestos. Los datos que se presentan o sustentan de forma deficiente pueden impedir que la parte interesada que evalúa la información tome una decisión correcta sobre el estado/valor relativo del proyecto. 

El Código JORC recomienda información adicional sobre la precisión relativa o la confianza en los recursos minerales, las reservas de mineral y los estudios técnicos presentados, con la siguiente indicación: "Cuando no sea posible realizar una declaración de la precisión relativa y el nivel de confianza, en su lugar se debe proporcionar una discusión cualitativa de las incertidumbres" (JORC, 2012). Las partes interesadas deben esperar que los promotores del proyecto revelen claramente la precisión y confianza que se espera de los recursos minerales inferidos, indicados y medidos, las reservas de mineral probables y probadas (y los calendarios de explotación) y, por supuesto, los resultados de los estudios de alcance, prefactibilidad y factibilidad. Cuando no se proporciona esta información clara, el evaluador puede cuestionar el valor nominal de los resultados reportados. 

Tipos de estudios técnico-económicos

La industria de los recursos, al igual que otras, trata de transmitir confianza (exactitud, precisión y riesgo) en los resultados de los estudios a través del nivel de detalle del informe técnico y económico concreto. 

Los niveles de estudio reportados tanto en anuncios privados como públicos y, por consiguiente, la expectativa de fiabilidad en los resultados, se transmiten generalmente por el nombre, por ejemplo: Estudio de alcance, Estudio de prefactibilidad o Estudio de factibilidad. El Estudio de factibilidad final se denomina a veces "Estudio de factibilidad bancable" o "Estudio de factibilidad definitivo". 

Aunque estos tres tipos principales de estudios se definen en el Código JORC, este no cuantifica la precisión esperada de las entradas y salidas de estos. Por desgracia, la divulgación de información al público sobre los resultados de los estudios, rara vez están acompañados de una definición de los detalles, y muy raramente de un debate sobre los niveles esperados de exactitud, precisión y confianza en las estimaciones reportadas de tonelaje, ley, commodities o aspectos financieros, ya sean costos, ingresos o beneficios. 

En ausencia de tal discusión, el evaluador espera que los niveles de estudio y confianza sean los definidos en los códigos y directrices de presentación de informes pertinentes. Por desgracia, el uso inconsistente de la terminología del estudio por parte de los proponentes del proyecto, por ejemplo refiriéndose a un Estudio de viabilidad, cuando en realidad el estudio está en el nivel de prefactibilidad o de alcance, transmite una expectativa incorrecta y más confiada de los resultados de lo que puede estar justificado.

Una forma de considerar el nivel de estudio previsto es cuando pasa de la etapa "aspiracional" a uno que se considera estrictamente "basado en datos" (Noppe, 2014). Se pueden considerar estudios de proyectos "basados en datos" aquellos que se apoyan en información amplia y de buena calidad, estudios técnicos y diseño de ingeniería con determinados niveles de detalle, como es el caso de los estudios de prefactibilidad y factibilidad. 

El Código JORC proporciona terminología, definiciones y orientaciones sobre la forma de reportar los objetivos y los resultados de exploración, los recursos minerales y las reservas y, de hecho, también el significado de los estudios de alcance, de prefactibilidad y de factibilidad finales o completos. La exigencia del Código JORC de reportar los supuestos materiales y la información complementaria sobre la base de "si no, por qué no", proporciona una mayor transparencia y coherencia en el reportado por parte de los proponentes de un proyecto. 

Las definiciones de los tipos de estudios que figuran en el Código JORC son similares a las de otros códigos internacionales para la elaboración de informes. Para una referencia rápida, se repiten aquí las definiciones del Código JORC:

Un estudio preliminar es un análisis técnico y económico de orden de magnitud sobre la viabilidad potencial de los recursos minerales. Incluye evaluaciones adecuadas de los factores modificadores asumidos de forma realista, junto con cualquier otro factor operativo pertinente que sea necesario para demostrar que, a la hora de reportar, el avance hacia un estudio de prefactibilidad puede estar razonablemente justificado.

Un estudio preliminar de factibilidad (estudio de prefactibilidad) es un análisis exhaustivo de una serie de opciones para la viabilidad técnica y económica de un proyecto minero que ha avanzado hasta una etapa en la que se ha establecido el método de extracción preferido, en el caso de la minería subterránea, o la configuración del tajo, en el caso de tajo abierto, y se ha determinado un método eficaz de tratamiento del mineral. Incluye un análisis financiero basado en supuestos razonables sobre los factores modificadores y la evaluación de cualquier otro factor relevante que sea suficiente para que una Persona Competente, actuando razonablemente, determine si la totalidad o parte de los recursos minerales pueden convertirse en reserva de mineral a la hora de ser reportados. Un estudio de este tipo tiene un nivel de confianza inferior al de un Estudio de Factibilidad.

Un estudio de factibilidad es un análisis técnico y económico exhaustivo de la opción de desarrollo seleccionada para un proyecto minero que incluye evaluaciones debidamente detalladas de los factores modificadores aplicables junto con cualquier otro factor operativo relevante y un análisis financiero detallado que sean necesarios para demostrar en el momento de ser reportado que la extracción está razonablemente justificada (económicamente explotable). Los resultados pueden servir de base razonable para la decisión final de un proponente o una institución financiera de proceder o financiar el desarrollo del proyecto. 

La realización de un estudio de factibilidad no significa que ya no quede trabajo técnico por hacer antes de iniciar la construcción y puesta en marcha del proyecto. Para la mayoría de los yacimientos, un recurso medido y una reserva probada no proporcionan detalles suficientes para el control minero a corto plazo. Además, un proyecto requiere detalles adicionales en términos de diseño de ingeniería final durante su etapa de desarrollo para mejorar la exactitud y precisión de los resultados a efectos de planificación, contratación, cálculo de costos y construcción. 

A la hora de realizar análisis técnicos, desde los estudios preliminares hasta los estudios de factibilidad definitivos, es esencial que la exactitud esperada se corresponda adecuadamente con la exactitud y precisión de las estimaciones de costos, y también con el nivel de confianza en el activo subyacente, es decir, el recurso mineral y la reserva de mineral. El nivel del estudio técnico debe transmitir a las partes interesadas el perfil adecuado de riesgos y oportunidades del proyecto. Por ejemplo, es completamente engañoso reportar un proyecto de recursos a nivel de estudio de factibilidad final si no hay suficientes recursos minerales medidos e indicados y reservas de mineral probadas y probables definidas para soportar la vida económica mínima de la mina, independientemente del nivel de detalle que se reporte disponible sobre otros insumos, tales como costos de equipos o planta de procesamiento (Noppe, 2014). 

En los últimos años, la necesidad de mantener el rigor en la realización de evaluaciones técnicas y económicas sólidas se ha visto sometida a presiones y se ha recurrido a procedimientos acelerados para mantener los plazos y los costos bajos y aprovechar la demanda de commodities y los ciclos de precios. En algunos casos, el enfoque acelerado puede significar que los escenarios alternativos normalmente identificados durante las etapas de definición del alcance y considerados como opciones durante las evaluaciones de prefactibilidad no se hayan tenido plenamente en cuenta antes de pasar al estudio de factibilidad final. En tales casos, la opción final perseguida en el estudio de factibilidad puede ser subóptima. Las partes interesadas deben ser informadas si los resultados de algunas de estas evaluaciones aceleradas conllevan mayores niveles de incertidumbre, para que puedan evaluar adecuadamente los riesgos asociados al proyecto. 

Los códigos y directrices internacionales para la presentación de informes sobre recursos minerales y reservas no cuantifican el nivel de exactitud, precisión o incertidumbre/riesgo asociado que se espera que transmitan los distintos tipos de estudios técnicos. Sin embargo, en la Tabla 1 se presentan algunas reglas empíricas para los niveles de precisión, expresados como intervalos de confianza, que se esperan de los tres niveles principales de estudio (según Parsons, 1999; McCarthy, 2003; Pincock, 2004; Barton, com. pers., 2005; Macfarlane, 2007; Hatch, 2010; Bullock, 2011; AACE International, 2012). Los niveles de precisión expresados en la Tabla 1 corresponden a un supuesto nivel de confianza del 90% (Noppe, 2014), donde, por ejemplo, un intervalo de precisión de ±15% con un límite de confianza del 90% significa que hay una probabilidad de 1 entre 20 de que el resultado sea inferior al 85% de la estimación y una probabilidad de 1 entre 20 de que sea un 15% superior a la estimación. Como muchos en la industria saben, es más común que las estimaciones sean bajas en la práctica, en lugar de que estas sean el caso base central. 

Etapas de desarrollo del proyecto

Es importante recordar que el objetivo de avanzar en las prospecciones y proyectos y desarrollar las minas es lograr un resultado de negocio rentable. Por lo tanto, es esencial presentar y discutir la etapa o madurez de un proyecto a la hora de interpretar las declaraciones de recursos minerales y reservas reportadas. 

El Código Valmin de Australasia (Comité Valmin, 2005) clasifica los activos minerales en función de su madurez en las siguientes etapas de desarrollo del proyecto: Exploración, Exploración avanzada, Predesarrollo / recursos, Desarrollo y explotación / Producción. Estas fases se describen en la Tabla 2.

Lógicamente, a medida que una prospección o proyecto avanza por las etapas de desarrollo mostradas en la Tabla 2, la comprensión de los riesgos y oportunidades del proyecto mejora con más datos técnicos y de mejor calidad, recopilados y evaluados mediante niveles cada vez mayores de rigor y detalle en los estudios técnicos y económicos. 

El creciente nivel de madurez del proyecto refleja la certidumbre en los resultados estimados. No obstante, hay que reconocer que los resultados reportados son "estimaciones" y, aunque se reportan efectivamente como valores únicos, sería más correcto reportarlos como intervalos. Por ejemplo, el Código JORC exige que un objetivo de exploración se reporte como un intervalo para reflejar su incertidumbre, cuando en realidad un recurso mineral y una reserva de mineral también se reportarían mejor como un intervalo, aunque el intervalo se reduce a medida que avanza el proyecto y aumenta la confianza. 

Salvo en el caso de los proyectos aspiracionales, es decir, los que se encuentran en etapa de Exploración o Exploración Avanzada, en los que los precios de las acciones pueden verse impulsados en parte por el sentimiento, puede ser razonable esperar que el valor del proyecto aumente con el incremento de la información y el nivel de confianza de cada etapa de desarrollo. 

Estimaciones históricas y externas

Las normas de cotización del capítulo 5 de la ASX (ASX, 2014) establecen requisitos adicionales de información y divulgación para las actividades de minería, producción y exploración de petróleo y gas de las entidades que cotizan en bolsa. 

En particular, las normas de cotización en bolsa proporcionan una mayor prescripción y claridad en lo que respecta a la información de las empresas mineras sobre los resultados importantes y la divulgación de supuestos y métodos utilizando la "prueba de razonabilidad" sobre la base de "si no, por qué no". El criterio "si no, por qué no" es también el que se aplica para la elaboración de informes con arreglo al Código JORC. 

Según las normas de cotización de la ASX, los informes públicos se elaboran con el fin de informar a los inversores o posibles inversores y a sus asesores sobre los resultados de exploración, los recursos minerales y las reservas. 

Las entidades deben informar sobre los "proyectos mineros importantes", que se consideran de interés económico (ya sean de propiedad total o conjunta) que son relevantes en el contexto de las operaciones empresariales generales o los resultados financieros de la entidad y sus filiales (de forma consolidada). 

El código de la ASX y otros códigos de información sobre minerales no definen lo que se entiende por "importante". Para ayudar a determinar si un proyecto minero es "importante" o no, se puede recurrir a las directrices sobre importancia relativa de la Norma Contable Australiana (definida en AASB 108, 2015, y Spencer, 2014): "Las omisiones o inexactitudes materiales de los ítems son importantes si podrían, individual o colectivamente, influir en las decisiones económicas que los usuarios toman sobre la base de los estados financieros", y "la decisión crítica que debe tomarse con respecto a la importancia relativa es si omitir información daría lugar a que los estados financieros sean engañosos". 

Como regla general, muchos en la industria interpretan que un asunto es importante si cuando se reporta, o no se reporta, la información puede resultar en un impacto del diez por ciento o más en la valoración de una entidad. Evidentemente, para una empresa pequeña con un solo proyecto grande, esto puede significar un cambio del diez por ciento o más en el valor estimado para ese único proyecto. Sin embargo, para una gran empresa con muchos proyectos, un cambio tan significativo en un solo proyecto puede no ser importante para el valor de la empresa en su conjunto.

Las normas de cotización del capítulo 5 de la ASX han adoptado las definiciones de resultados de exploración, recursos minerales y reservas de mineral del Código JORC. 

Las normas de cotización en bolsa prevén además la notificación de las estimaciones históricas y externas de mineralización para los proyectos mineros importantes y los requisitos aplicables a la notificación de los objetivos de producción. Ninguna de estas categorías se define ni se utiliza en el Código JORC ni en el Código Valmin.

Para ofrecer una información transparente a las partes interesadas, las normas de cotización 5.10 a 5.14 de la ASX (ASX, 2014) exigen que, al informar públicamente por primera vez sobre estimaciones históricas o estimaciones externas de mineralización, la entidad facilite información complementaria sobre los siguientes aspectos:

ν Fuente y fecha de las estimaciones.

ν Explicación de las diferencias en las categorías reportadas en relación con el Código JORC. 

ν Relevancia y materialidad de las estimaciones para la entidad.

ν La fiabilidad de las estimaciones, incluida una referencia a cualquier criterio pertinente de la Tabla 1 del Código JORC. 

ν En la medida de lo posible, un resumen de los programas de trabajo en los que se basan las estimaciones y un resumen de los supuestos, parámetros y métodos clave utilizados para preparar las estimaciones.

ν Detalles de cualquier estimación más reciente o datos relevantes disponibles.

ν La evaluación y/o exploración necesarias para verificar las estimaciones según las normas del Código JORC.

ν El calendario propuesto para los trabajos de evaluación o exploración y cómo se financiarán.

ν Una declaración cautelar, próxima a las estimaciones reportadas y de igual importancia que estas.

ν Una declaración de la Persona Competente confirmando la representación exacta de la información disponible en la estimación.

Objetivos de producción

Las normas de cotización de la ASX 5.15 a 5.19 (ASX, 2014) definen un objetivo de producción como "una proyección o previsión de la cantidad de minerales que se extraerán de un terreno o terrenos durante un período que se extiende más allá del año en curso y del año siguiente". Este término no se define en el Código JORC ni en el Código Valmin. Cualquier referencia a las previsiones de producción y a los calendarios de extracción en el Código JORC se derivaría de la definición y la presentación de informes sobre las reservas de mineral. 

A diferencia de una previsión de producción basada en una reserva mineral, el objetivo de producción según la norma de cotización en bolsa también puede definirse, no únicamente, sino sobre una combinación de un objetivo de exploración y un recurso inferido y/o una estimación histórica / externa, o varias categorías de recursos minerales.

Todo informe sobre un objetivo de producción debe incluir una declaración de la Persona Competente, todos los supuestos importantes y las proporciones de reserva mineral probada y probable, recurso mineral medido, indicado e inferido, objetivo de exploración o estimación histórica / externa incluida en el objetivo. También debe ir acompañado de una declaración cautelar cercana al objetivo señalado e igualmente destacar si se basa en un recurso inferido o parcialmente en un objetivo de exploración. Si se basa únicamente en un recurso inferido, la entidad también debe revelar los factores que proporcionan una base razonable para la información, el nivel de confianza en la estimación y la base, así como un informe técnico que respalde el objetivo de producción.

En el caso de un objetivo de producción que se base por completo en un recurso inferido, la declaración cautelar debe decir: "Hay un bajo nivel de confianza geológica asociada a los recursos minerales inferidos y no hay certeza de que los trabajos de exploración adicionales resulten en la determinación de recursos minerales indicados o que el Objetivo de Producción en sí mismo se realice", (ASX, 2014).

Cuando el objetivo de producción se base en una parte de un objetivo de exploración, la declaración cautelar deberá decir: "la cantidad y la ley potenciales de un objetivo de exploración son de naturaleza conceptual, no se ha realizado una exploración suficiente para determinar un recurso mineral y no hay certeza de que el trabajo de exploración adicional dé lugar a la determinación de recursos minerales o de que el Objetivo de Producción en sí se lleve a cabo", (ASX, 2014).

De las declaraciones cautelares se desprende claramente que las partes interesadas no deben depositar en un objetivo de producción más confianza de la que respalda la información subyacente, y se aconseja a quienes comuniquen objetivos de producción o resultados financieros derivados de objetivos de producción que busquen el asesoramiento de expertos para asegurarse de que cumplen los requisitos y la intención de las normas de cotización de la ASX.

Un marco combinado de proyecto de recursos

La interrelación entre el aumento de la certidumbre y el valor del proyecto, con el avance de las etapas de desarrollo, los informes sobre recursos minerales y reservas y el nivel de estudio técnico, suele ilustrarse mediante un esquema similar al de la Figura 2 (Noppe, 2014).

Aunque la Figura 2 muestra un diagrama útil para ilustrar la etapa típica de desarrollo de un proyecto, el autor cree que una forma más transparente de presentar un proyecto utilizando las definiciones y directrices de los distintos códigos de información (Código JORC, normas de cotización del capítulo 5 de la ASX, Código Valmin) es en una tabla como la Figura 3. 

Este marco utiliza tres ejes principales para alinear las intenciones y expectativas de información de los distintos códigos. El eje vertical representa el aumento de la precisión relativa de las estimaciones de tonelaje y ley/calidad del objetivo de exploración, objetivo de producción, recurso y/o reserva según lo definido por el Código JORC y/o las normas de cotización del capítulo 5 de la ASX. El eje horizontal en la parte superior de la tabla representa las etapas de desarrollo del proyecto según lo definido por el Código Valmin, y estas se alinean a lo largo del eje inferior con el nivel o rigor de la evaluación técnico-económica que se espera apoye las cantidades materiales y los resultados económicos reportados en una etapa particular de reporte de desarrollo del proyecto.

El Marco de Proyectos de Recursos (Figura 3) ofrece una matriz de diferentes medidas de presentación de informes para cotejar el contexto de los resultados comunicados de un proyecto. Por ejemplo, una reserva de mineral debe estar respaldada por una evaluación técnica y económica del proyecto a nivel de, al menos, un estudio de prefactibilidad. Además, una reserva mineral incluye un plan y un calendario de explotación técnicamente realizable y económicamente viable que respalda su previsión de producción. Por lo tanto, las partes interesadas deberían preocuparse si una empresa comunica una reserva de mineral o un programa de producción, pero no ha completado un estudio de prefactibilidad. Si esto ocurre, la parte interesada debe considerar si la "reserva de mineral" es más bien un objetivo de producción aspiracional o conceptual, tal como se define en las normas de cotización de la ASX (ASX, 2014). Del mismo modo, la parte interesada debería cuestionar la información si una empresa informa sobre la finalización de un estudio de prefactibilidad, pero expresamente no informa sobre una reserva de mineral.

Otra forma de que una parte interesada interprete las etapas de información sobre proyectos de recursos de la Figura 3, es considerar si la información de la empresa puede calificarse de "aspiracional", "conceptual" o "basada en datos". No son términos que figuren en los principales códigos, pero resultan útiles a la hora de considerar la probabilidad de que un proyecto avance hasta la etapa en que las previsiones de la empresa sean más precisas. 

En opinión del autor, las declaraciones de proyectos "aspiracionales" serían generalmente aquellas que articulan el deseo, la voluntad o la necesidad de una empresa de lograr el resultado declarado sobre la base de resultados de exploración iniciales o avanzados, pero con datos insuficientes para respaldar un estudio preliminar o la notificación de recursos minerales. 

Asimismo, cualquier previsión de proyecto derivada de los primeros resultados de exploración, delineación de mineralización a nivel de un objetivo de exploración, o la confianza en estimaciones históricas / externas puede ser considerada como "aspiracional". En el caso de los objetivos de exploración, el Código JORC señala que "la cantidad y ley potenciales son de naturaleza conceptual, que no ha habido exploración suficiente para estimar un Recurso Mineral y que es incierto si la exploración adicional dará lugar a la estimación de un Recurso Mineral". En el caso de las estimaciones históricas o externas, las normas de cotización en ASX señalan que una persona competente no ha realizado el trabajo suficiente y "es incierto que, tras la evaluación y/o trabajos de exploración adicionales, las... estimaciones puedan ser reportadas" y clasificadas en el futuro como recursos minerales o reservas de mineral (ASX, 2014). 

El autor considera declaraciones de desarrollo de proyectos "conceptuales" las que se basan generalmente en estudios de alcance, con un rango de precisión de estudio previsto entre -20% a -50% en la parte baja a +30% a +100% en la parte alta (AACE International, 2012). Como tales, estos estudios suelen basarse predominantemente en los recursos inferidos, aunque, incluso si se definen clases superiores de recursos minerales, el estudio no se lleva a cabo con mayor precisión que un nivel de estudio preliminar. 

Según la definición del Código JORC, todas las categorías de recursos minerales deben cumplir el requisito de que existan perspectivas razonables de una eventual extracción económica, independientemente de la clasificación del recurso. El Código JORC establece que "la expresión ‘posibilidades razonables de extracción económica’ implica una evaluación (aunque sea preliminar) por parte de la Persona Competente de todas las cuestiones que puedan influir en las posibilidades de extracción económica, incluidos los parámetros mineros aproximados. Es un inventario realista de la mineralización que, en condiciones técnicas, económicas y de desarrollo supuestas y justificables, podría, en su totalidad o en parte, llegar a ser económicamente extraíble", (JORC, 2012).

El autor considera que los resultados de los proyectos mejor fundamentados tanto en datos técnicos como en estudios técnica y económicamente rigurosos están muy "basados en datos". El Marco de Proyecto de Recursos de la Figura 3 se presenta avanzado en la Figura 4 para ilustrar aquellas áreas en las que las declaraciones de desarrollo del proyecto presentadas pueden considerarse "aspiracionales", "conceptuales" o "basadas en datos". 

Ejemplos de casos prácticos

Ejemplo 1

Una empresa comunicó inicialmente los resultados técnicos y financieros de un "estudio de factibilidad definitivo", incluidos los índices de producción, el Valor Actual Neto y las estimaciones de costos de capital y operación.

Los resultados del proyecto fueron cuestionados por la ASX, tras lo cual la empresa rebajó el nivel del estudio a un "estudio de factibilidad", en el que no se comunicaron reservas de mineral y se reconoció que los recursos minerales aún debían actualizarse antes de poder completar el estudio y definir y comunicar las reservas. 

En otras palabras, la declaración pública original de la empresa en la que informaba de un "estudio de factibilidad definitivo" que respaldaba un Valor Actual Neto del proyecto de más de 2,000 millones de dólares australianos era engañosa y, en efecto, la declaración original y revisada de la compañía parecen representar más correctamente los resultados de un estudio preliminar llevado a cabo sobre una estimación inicial de recursos minerales. 

Este contexto habría quedado perfectamente claro si en el anuncio original se hubieran utilizado correctamente la terminología y las clasificaciones del Código JORC y se hubiera incluido una advertencia al respecto: "El Estudio Preliminar al que se hace referencia en este informe se basa en evaluaciones técnicas y económicas de bajo nivel, y es insuficiente para respaldar la estimación de Reservas de Mineral o para ofrecer garantías de un caso de desarrollo económico en esta etapa, o para ofrecer la certeza de que las conclusiones del Estudio Preliminar se materializarán", (JORC, 2012). La etapa de desarrollo relativa y el contexto del proyecto, tal y como se comunicó en un principio y, posteriormente, de forma más correcta, se ilustran en el Marco de Proyecto de Recursos de la Figura 5.

Ejemplo 2

En el segundo ejemplo, una empresa que quería atraer a un coinversor para la adquisición de un proyecto de metales básicos preparó un memorándum informativo para los posibles inversores. Este comparaba el proyecto con el de níquel-cobre Nova, propiedad de Sirius Resources. En el momento de la difusión del memorándum informativo, Sirius Resources había concluido un estudio de factibilidad sobre el proyecto Nova, atraído financiación para su desarrollo y contaba con una capitalización bursátil cercana a los 1,000 millones de dólares australianos. 

El memorándum informativo incluía un documento de estudio preliminar de varios centenares de páginas en el que se describían los datos de perforación del yacimiento, el modelado y las estimaciones de ley y tonelaje, el potencial alcista en los objetivos de perforación previstos y un estudio de la planta de procesamiento. 

Además, señalaba que el proyecto de metales básicos no contaba actualmente con un recurso mineral declarado y que se esperaba completarlo en parte del yacimiento tras una nueva campaña de perforación. Dicho esto, no había declaraciones claras o próximas que dejaran bien claro que el "estudio preliminar" se basaba en un objetivo de exploración y que, por lo tanto, no era un estudio preliminar definido según la definición del Código JORC. La "aspiración" del proponente del proyecto de lograr un resultado similar al logrado por Sirius Resources y su proyecto Nova no se discutió claramente en términos de la confianza esperada en que el prospecto sorteara con éxito una serie de obstáculos técnicos y económicos, cada uno con su propia probabilidad de éxito.

La etapa de desarrollo relativa y el contexto del proyecto aspiracional, en comparación con Nova en ese momento, se ilustran en el Marco de Proyecto de Recursos en la Figura 6. Es evidente que un proyecto en la etapa de objetivo de exploración, presenta mucha menos confianza y valor actual que una iniciativa de tamaño similar con un resultado respaldado por un estudio de factibilidad exitoso.

Conclusiones

1. Los inversionistas tienen acceso a toda una serie de información pública sobre los proyectos de recursos divulgados por los distintos proponentes. Lamentablemente, puede haber un uso inconsistente de las definiciones de los informes que respaldan la información sobre los supuestos y resultados de los proyectos, y esta inconsistencia puede confundir a quienes confían en la información comunicada y/o conducir a supuestos incorrectos y a una confianza equivocada sobre el valor de un proyecto. Por tanto, los inversionistas y otras partes interesadas que evalúen el riesgo, la oportunidad, la confianza relativa e incluso el valor asociado a un proyecto de recursos, necesitan apreciar los atributos en el contexto correcto. 

2. Este artículo presenta una herramienta sencilla para calibrar cómo se ajusta la información comunicada al nivel exigido de desarrollo y evaluación de proyectos. Este marco utiliza términos y definiciones de los códigos de divulgación de información al público y de las normas de cotización de las empresas para permitir una evaluación equilibrada de la situación técnica y financiera de un proyecto. Al aplicar el marco, el evaluador puede asignar puntuaciones a los criterios de los tres ejes para obtener una clasificación relativa global de las distintas etapas del proyecto que figuran en la tabla. Considerar los informes de los proyectos en este contexto permite fácilmente realizar comprobaciones cruzadas y benchmarking del desarrollo de los proyectos y de la confianza en la información proporcionada. El uso correcto de este marco ha demostrado su eficacia a la hora de identificar información potencialmente engañosa sobre proyectos de recursos y, posteriormente, de proteger contra la formulación de supuestos sesgados sobre el estado y el valor de los proyectos.

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