Encaramada como la principal empresa minera del Perú en términos de ventas y aporte tributario, y entre las diez mayores productoras de cobre, zinc y plata del mundo, Compañía Minera Antamina celebra este mes su vigésimo aniversario, tiempo en el que ha invertido más de US$ 7,600 millones y ha generado prosperidad en el país.

Con operaciones continuas ubicadas en la región Áncash a 270 km al noreste de Lima, el directorio de la empresa está conformado por las firmas globales BHP (33.75%), Glencore (33.75%), Teck Resources (22.50%) y Mitsubishi Corporation (10%). 

En la actualidad, se constituye en la cuarta productora cuprífera del mundo con 443 mil toneladas estimadas para este año, la tercera de zinc con 428 mil toneladas anuales y sexta en plata con 16.2 millones de onzas al año.

Adicionalmente, produce molibdeno y plomo, cuenta con reservas para ocho años más de operaciones y recursos minerales para una vida útil superior a los 30 años, siendo uno de los activos mineros con los costos de producción más bajos para minas de cobre en el ámbito global.

Emplea en forma directa a 2,852 peruanos, de los cuales el 28% proviene del área de influencia, y a 5,582 de manera indirecta a través de contratistas, de los que el 24% vive en Áncash.

Al respecto, el presidente y gerente general de Compañía Minera Antamina, Víctor Gobitz, en su presentación en el Encuentro Empresarial realizado el 5 de octubre por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), señaló que el principal legado que espera dejar la empresa es más desarrollo para todos en nuestro país.

“El activo Antamina genera prosperidad para el trabajador de la empresa, pero también tiene que hacerlo en el distrito, en la provincia y la región donde operamos, lo que implica un alineamiento entre viabilidad y sostenibilidad con iniciativas a corto plazo complementadas con acciones de largo aliento para la creación de valor”, explicó.

En ese sentido, sostuvo que para lograr este propósito trabajan sobre la base de 5 pilares estratégicos, entre los que destacan: promover una institucionalidad madura, generar oportunidades para las futuras generaciones, invertir en el cierre de brechas de infraestructura social y productiva, propiciar el emprendimiento local y el desarrollo económico, y destinar recursos para atender emergencias como la reciente pandemia.

“El legado de Antamina se observa no solo en la construcción de una logística perdurable en el tiempo, sino también en la implementación de infraestructura hídrica, educativa y haber logrado que las personas maximicen su potencial, en un territorio desafiante y poco integrado a las dinámicas de mercado”, comentó.  

Antamina 20+

En otro momento de su presentación, el ejecutivo informó sobre los planes que desarrollan como parte de su programa Antamina 20+, el que está enfocado en extender los años de operación de este yacimiento y maximizar su rentabilidad.

Con relación a ampliar la vida útil de la mina, indicó que han hecho perforaciones de casi 1,200 metros por debajo de la operación actual y la mineralización continúa, por lo que evalúan desarrollar labores subterráneas o una combinación con el actual tajo abierto.

“Llegará un punto en el cual el ratio de desbroce sea tan alto –quizás no en los próximos 15 a 20 años– que tengamos que convertirnos en una mina subterránea o podría ser un mix. Ese es uno de los desafíos y esto es porque tenemos una mirada de largo plazo”, manifestó.

En cuanto a maximizar la rentabilidad de la operación, Antamina trabaja en una serie de mejoras en la cadena productiva. Así, por ejemplo, la empresa está probando la perforación autónoma con el fin de ganar mayor eficiencia y que el equipo tenga mayores horas de utilización.

Igualmente, con el objetivo de ampliar el tiempo efectivo en las tareas de acarreo realizan la implementación de mejores accesos en las bahías para reducir las demoras en los cambios de turno.

“Del mismo modo, trabajamos para levantar la disponibilidad de las palas principales con equipos remotos, lo que nos permite maximizar los tiempos efectivos de producción”, explicó.

En lo que concierne al sistema de voladura, desarrollan estratégicas para mejorar la granulometría del mineral y así obtener mayor provecho del proceso de molienda.

“Desde julio avanzamos en el objetivo de contar con un Centro Integrado de Información (IMROC, por sus siglas en inglés). La idea es conjugar en una sala de control todas las variables, desde la geología, pasando por las fases de minado y el proceso metalúrgico”, detalló. 

De otra parte, Gobitz precisó que este 2021 invertirán unos US$ 400 millones en infraestructura, monto global que incluye el recrecimiento de la presa de relaves, botaderos y cambio de activos. 

“En forma adicional en exploraciones propiamente geológicas destinaremos unos 40 a 45 millones de dólares y, en el caso de exploraciones geotécnicas e hidrogeológicas, una cifra similar. El 2022 se mantendría el mismo monto”, concluyó.