Por: Walter Casquino, consultor minero[1].IntroducciónLa normatividad se impone cuando es necesario consolidar comportamientos colectivos uniformes, como por ejemplo, la seguridad y la productividad. La actividad minera requiere de normatividad especial porque la severidad y la frecuencia (indicadores de seguridad) deben ser óptimos y porque los productos comercializables son establecidos externamente por el mercado.Por tratarse el recurso minero de un bien común, el orden de las prioridades a seguir debería ser: sociales primero, seguidas del aspecto técnico, luego los factores económicos, para finalmente legitimarlas mediante adecuados reglamentos.Así, toda institución minera tendrá como objetivo, lograr el mejor desempeño social –interno y externo–, técnico, económico, ambiental y legal. En última instancia, la máxima seguridad y eficiencia será alcanzada por el grupo de trabajo con la mejor combinación de estilo discrecional y no discrecional que sean capaces de construir la naturaleza institucional y el carácter de los líderes correspondientes.Socialmente: porque cada mina debería constituirse en “un polo de desarrollo”, con participación activa de los directivos privados y públicos responsables de diseñar y construir la infraestructura regional.Técnicamente: porque, para ofrecer seguridad, productividad y el cuidado ambiental requerido, el proyecto minero debería tener fundamentos geológicos, metalúrgicos y de ingeniería de minas. Nada impide el uso generalizado de ciencia y tecnología en pequeña escala. Si faltara presupuesto para perfeccionar el proyecto, el costo de los profesionales requeridos debería ser subsidiado.Económicamente rentable: para fortalecer el modelo de economía social de mercado. Tal como se hace en los casos de personas naturales, en el tema de las pequeñas personas jurídicas emergentes, también debería considerarse la posibilidad de subvencionarlas técnicamente en su etapa formativa. En la actividad minera, la normatividad con su aliada la “no discrecionalidad” ayudan a mantener ambientes seguros y productivos.“Ata tu carro a una estrella”[2]Ante la sentencia bíblica de “ganarás el pan con el sudor de tu rostro”, todos se encuentran ante el dilema de “jugar limpio” o no hacerlo. Se asume que las normas deben ser equitativas, pero difícilmente lo logran, porque los autores deberían actuar siempre de buena fe y, además, ser “leídos y escribidos” en la materia que legislan. Coincidencias que son poco frecuentes.La existencia nos enfrenta a una realidad diferente porque los creadores de normas son igualmente humanos y existen casos evidentes de autores que ceden a las tentaciones o son presas de “en arca abierta el justo peca”. En estos casos, las normas resultantes se alejan sustantivamente del Óptimo de Pareto (Universidad de Lausana, Suiza, 1920) de que “favorezcan a unos cuantos sin perjudicar a nadie”.Por estas razones, los legisladores mineros deben “hilar muy fino”, porque, además, la naturaleza geológica regional es tan generosa que ha dado origen a toda clase de yacimientos –desde los muy pequeños hasta los más grandes– propiciando la dedicación de grandes y pequeños emprendedores.EntornoEn 2025, la normatividad minera en el Perú se encuentra en un proceso de constante actualización, buscando equilibrar el desarrollo económico con la protección ambiental y la responsabilidad social. El marco legal está principalmente regido por la Ley General de Minería y sus reglamentos complementarios, los cuales establecen requisitos diferenciados para pequeña, y gran minería, adaptándose a las particularidades geológicas de cada escala de exploración y producción.En los últimos años, se han fortalecido los mecanismos de fiscalización ambiental y social, exigiendo a las empresas mineras mayores estándares de cumplimiento en temas como la gestión de residuos, el cierre de minas y la consulta previa con las comunidades. Además, se han implementado alicientes y restricciones para la formalización de la pequeña minería, con el objetivo de promover prácticas responsables.Pese a estos avances, persisten desafíos relacionados con la ineficacia administrativa, la superposición de competencias entre entidades estatales y la conflictividad social. Por ello, el Estado continúa promoviendo reformas normativas que aseguren una minería transparente y sostenible.La minería se desarrolla en dos grandes escalas: la pequeña minería y la gran minería. Cada una de ellas presenta características propias que se reflejan en los aspectos de ingeniería, economía, gestión ambiental, proceso de cierre de minas y nivel de involucramiento social con el entorno local y regional. Conocer estas diferencias es esencial para comprender los retos y oportunidades que ofrece el sector minero.Tal como lo hacen los buenos padres de familia, la normatividad minera debe promover y controlar tanto la pequeña como la gran minería, por lo que, a continuación, se revisan algunas peculiaridades de esta actividad productiva.Ingeniería y operacionesPequeña minería· Utiliza tecnologías tradicionales y equipos de menor capacidad, lo que limita la eficiencia y el alcance de las operaciones.La infraestructura es limitada, tanto en transporte como en procesamiento de minerales, lo que repercute en la seguridad y productividad.· El diseño y la planificación minera suelen ser artesanales o no existir. Gran mineríaEmplea ingeniería avanzada, maquinaria de gran volumen y sistemas automatizados que optimizan la extracción y el procesamiento de minerales.El diseño de mina se basa en estudios geológicos/metalúrgicos detallados, permitiendo operaciones de gran escala y mayor control de riesgos.Integra tecnologías modernas, como inteligencia artificial para el monitoreo predictivo, gestión energética eficiente y seguridad industrial.Economía y rentabilidadPequeña mineríaLa rentabilidad depende de los precios de mercado y factores locales. Los márgenes suelen ser menores, aunque el impacto directo en la economía local es relevante.El acceso a financiamiento es más limitado, lo que dificulta inversiones en modernización y mejoramiento de procesos.Su viabilidad demanda apoyo en asistencia técnica monitoreada en recursos regionales capacitados. Gran mineríaCuenta con mejores condiciones de financiamiento y capacidad para invertir en tecnología y seguridad.Genera grandes volúmenes de recursos y utilidades, con impactos que deberían haber sido significativos en la economía regional y nacional. Dio origen a una de las peores experiencias económicas normativas del siglo al frustrarse el sueño desarrollista de canon productivo regional. Lástima que nadie previó en el 2001 el escandaloso fiasco del canon regional.Cuidado ambientalPequeña mineríaLas prácticas ambientales suelen ser menos rigurosas, con controles limitados y un mayor riesgo de impactos negativos localizados, como contaminación de aguas y suelos.La restauración ambiental es parcial o insuficiente por la falta de recursos y capacitación técnica. Es otro rubro minero que requiere trascendental apoyo público. Gran mineríaDebe cumplir estrictos estándares ambientales, implementando tecnologías de mitigación, control de emisiones, manejo de relaves y reciclaje de agua.Desarrolla programas de monitoreo continuo y planes de manejo ambiental durante todo el ciclo minero.Al final de su ciclo de vida los tajos abiertos representan un atentado paisajista cada vez más resistido. Cierre de minasPequeña mineríaLos planes de cierre son poco formales. En ocasiones, la remediación ambiental y social es insuficiente o inexistente.La falta de recursos dificulta el cumplimiento de regulaciones y la rehabilitación efectiva del entorno. Sin apoyo público la pequeña minería no podrá sobrevivir. Gran mineríaLos cierres de mina se planifican desde el inicio del proyecto, con estudios detallados y recursos destinados a la restauración ecológica y social.Implica la rehabilitación del paisaje, tratamiento de aguas, gestión de residuos y programas de acompañamiento comunitario poscierre.Los tajos abiertos representan un gran desafío ecológico de investigación técnica que está en la agenda de la minería mundial.Involucramiento social local y regional Pequeña mineríaParticipación directa de comunidades en la operación y gestión, generando empleo y fortaleciendo la economía local.Puede carecer de procesos formales de consulta o responsabilidad social empresarial, lo que genera riesgos de conflictos y tensiones comunitarias. Gran mineríaDesarrolla relaciones institucionales con gobiernos locales y comunidades, implementando proyectos de inversión social y consulta previa.El alcance social es regional, con programas educativos, de salud, infraestructura y diálogo permanente, aunque también puede enfrentar resistencia y conflictos derivados de la magnitud de los proyectos y la reducida inserción económico-social.Conclusiones1. La diferencia entre gran y pequeña minería abarca no solo la escala y la tecnología empleada, sino también el nivel de rentabilidad y tributación, el impacto ambiental, el proceso de cierre y el compromiso social. La integración responsable de estos aspectos es esencial para el desarrollo armónico del sector minero y de las regiones donde opera.2. La gran minería destaca por su capacidad técnica, económica y tributaria, pero enfrenta retos de impacto paisajista masivo y de gestión social.3. La pequeña minería, aunque más cercana y participativa en lo comunitario, requiere mayores esfuerzos –público y privado– de promoción técnica y de infraestructura pública.4. Una de las posibilidades normativas consiste en regresar a los orígenes diferenciales entre actividad exploratoria y actividad de explotación, para facilitar la integración de factores sociales, técnicos, económicos y de cuidado ambiental, para finalmente legitimarlos con reglamentos realistas.5. Es un hecho histórico que el desarrollo del bienestar humano –personal y social– ha sido impulsado por el desarrollo del conocimiento. La inversión subsidiada de ciencia y tecnología en la pequeña minería se haya plenamente justificada. [1] Asistido por Copilot de Google.[2] El Quijote de la Mancha, Madrid, 1605.