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MUSEO ANTONIO RAIMONDI: RIQUEZA NATURAL DEL PERÚ Y EL LEGADO DEL SABIO ITALIANO

Para conocer detalles de las actividades y antecedentes del Museo Antonio Raimondi, que cautela, investiga y promueve la obra científica y el legado de este sabio italiano como medio de inspiración y ejemplo de vida para la juventud peruana, dialogamos con su director, Luis Felipe Villacorta, quien nos cuenta la historia y proyectos para celebrar en 2024 los 200 años del natalicio del reconocido naturalista, quien fue el primero en estudiar científicamente la riqueza minera del Perú.

¿Cómo surge la idea de crear un museo en reconocimiento a Antonio Raimondi?

El museo surge primero de una manera espontánea cuando en 1930 se funda el colegio italiano Antonio Raimondi. Es así que los residentes, descendientes y hasta los propios peruanos vieron en la escuela el depositario natural de las reliquias Raimondinas. De hecho cuando se crea el colegio, la hija de Raimondi, Elvira, dona los primeros manuscritos de la obra de su padre: El Perú.

A partir de esa iniciativa muchas más personas empezaron a entregar cartas, postales o fotos que conservaban del reconocido naturalista. Sin embargo, era todavía una colección limitada hasta que en 1964, los hermanos Juan y Amadeo Calvi compran toda la colección de Raimondi al famoso ingeniero químico Ángel Maldonado y donan estos documentos que la familia de Raimondi había conservado como propio luego de su muerte.

Es desde esa fecha que el colegio cuenta con por lo menos más de 3,000 documentos originales de Raimondi e implementa su patrimonio histórico vinculado al sabio y empiezan a celebrarse exposiciones de manera espontánea y finalmente en 1981 se hace el museo en la primera sede de la avenida Arequipa y después en 2002 se muda a su ubicación actual en La Molina.

¿Qué actividades desarrollan?

A partir de 2002, cuando asumí como director, hemos desarrollado toda una nutrida agenda basada en la investigación de la obra de Raimondi, en la recuperación de su patrimonio y su legado documentado en colecciones naturales, y también por supuesto en todo lo que significa el tema de la divulgación educativa de su aporte, que nos han permitido diseñar un grupo de actividades que ha llevado a reposicionar la figura del sabio a nivel nacional y a situar al museo Raimondi como un protagonista de la agenda cultural del país.

¿También realizan exposiciones itinerantes?

Sí. A través del proyecto Tesoros del Perú: la huella de Antonio Raimondi, que nace tras recibir una invitación para hacer una exposición en Áncash, que nos llevó a pensar que sería importante hacerlo a nivel nacional. Así surge esta iniciativa en la convergen dos vectores: uno muestral y otro educativo.

El primero consiste en una exposición que pone en el escenario local lo que el mismo Raimondi había descubierto y registrado o documentado en esa región 150 años antes, como resultado de sus viajes científicos. Entonces esos contenidos locales generan gran empatía en el auditorio porque estamos hablando de su propio legado.

Es así que llevamos los minerales que Raimondi recuperó, los fósiles, las plantas que dibujó y enseñamos sus anécdotas, cómo describe los puentes, cómo caracteriza las minas y los protagonistas locales.

En cuanto al segundo componente, en coordinación con las direcciones regionales de educación desarrollamos un proyecto de equipamiento de bibliotecas, capacitación docente y un concurso escolar; todo esto vinculado con la exposición.

En ese sentido, dictamos un seminario de capacitación docente para representantes de entre 50 a 100 escuelas seleccionadas por la Dirección Regional de Educación. Entregamos los materiales de nuestro kit educativo –contiene cuentos para niños, el rotafolio, materiales audiovisuales y multimedia, links drive, entre otros– y les hacemos una visita guiada a la exposición antes de la inauguración. 

Al mismo tiempo en la capacitación los convocamos al concurso de arte escolar, que es una motivación para que los estudiantes visiten la exposición. Entonces se genera un círculo virtuoso y cuando nosotros regresamos luego de dos meses para cerrar la puesta, esa misma semana entregamos los premios a los ganadores del concurso, con lo que logramos una experiencia diferente y atractiva para conocer el legado de Raimondi.

¿En qué regiones han realizado estas dinámicas y dónde tienen previsto ir?

Este formato ha sido muy exitoso, hemos hecho exposiciones en Huaraz, Chavín, Cajamarca, Cusco, Arequipa, San Juan de Lurigancho y ahora último, Abancay.

Estamos pensando llegar por primera vez al oriente, y trabajamos para hacer la exposición en Iquitos. Debemos tomar en cuenta que, por ejemplo, para la exposición de Abancay hemos llevado tres toneladas y media de material, porque no solo se trata de los objetos que hemos seleccionado sino que muchas veces en una provincia no hay mucha facilidad y también llevamos vitrinas y esas cosas.

¿Cómo se coordina para contar con esta interesante experiencia?

Básicamente se comunican con nosotros. Ya hemos tenido contactos para hacerlo también en Huánuco, nos gustaría a nosotros realizarla en Cerro de Pasco que es una zona en donde Raimondi también pasó dos veces. De verdad estamos muy contentos con los resultados y esta serie Tesoros nos ha permitido reposicionar al personaje histórico en las regiones del país y prepararnos al mismo tiempo para el escenario del Bicentenario de Raimondi, que es el 2024. Se celebran los 200 años de su nacimiento en la ciudad de Milán.

¿Qué están preparado para la importante celebración?

 Tenemos todo una agenda conmemorativa desde publicaciones hasta la recuperación del mausoleo de Raimondi en el Presbítero Maestro que es una edificación magnífica que nosotros veníamos manteniendo pero con la pandemia obviamente la cosa se complicó. Pero lo estamos retomando, ya con una acción de restauración mucho más integral.

 Igualmente, ya tenemos listo y reservado el espacio para la gran exposición del Bicentenario en el Museo de Arte italiano de Lima. Todo eso constituye una suerte del edificio de la obra por revalorar y reposicionar a un personaje que significa amor por el Perú, un personaje que dio su vida para trabajar intensamente por nuestro país y dar a conocer al mundo su diversidad natural y cultural y como él mismo decía “despertar los pasivos recursos de nuestro país en desarrollo”.

 ¿Qué nos puede contar de la obra Terra Nostra?

 La idea de Terra Nostra surge a partir de la evaluación del legado de Raimondi visto por expertos, en especial, como él compone la primera propuesta cartográfica de la era moderna en nuestro país, de todo el Perú, en una escala y con dimensiones más actuales de la época en una escala de 1 al 500,000 en 38 hojas.

 De verdad es una obra cartográfica espléndida que también señala la visión de Raimondi y es al mismo tiempo un regalo a la República en un momento, hay que ponerlo en contexto, en que Perú pasaba por una muy mala época porque se publica en la era de la posguerra del Pacífico.

 Y es sintomático mencionar que el primer mapa que Raimondi publica como parte de su proyecto de la cartografía del Perú son las minas de oro de Carabaya y Sandia, que es un obsequio que él hace a nuestro país para su revitalización de la posguerra, dando el mensaje como para decir acá tenemos la manera de comenzar de nuevo nuestro proceso de re-encaminarnos como República. Al mismo tiempo visiona las rutas de ferrocarril por construir, y señala destinos y pone en toda la cartografía las minas de oro, plata, cobre y fuentes de carbón como combustible justamente.

 ¿Qué otros proyectos como este tienen?

 Justamente ahora estamos trabajando la obra ornitológica de Raimondi, publicaremos un libro que se va a llamar Aves del Perú porque Raimondi está vinculado estrechamente al estudio de la ornitología nacional y a presentar la diversidad de aves de nuestro país al mundo.

 ¿Para cuándo se tiene pensado publicarlo?

 Estamos pensando para el 2023 o 2024. El libro está bien avanzado y eventualmente lo haríamos converger con las publicaciones por el Bicentenario.



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