El Perú es uno de los principales productores de zinc del mundo ocupando el segundo lugar en el ámbito global solo detrás de China. En cuanto a las exportaciones de metales, es el tercero en la generación de divisas a favor del país con más de US$ 1,700 millones en 2020, un año en que las operaciones paralizaron por cerca de dos meses debido a la pandemia. En el primer trimestre del año la producción de zinc registra un incremento de 11.1% y en cuanto a ventas al exterior en los dos primeros meses reporta un aumento de 10.9%, acumulando US$ 341 millones.Es de destacar que la mayor extracción de este metal se registra como subproducto de importantes operaciones cupríferas como Compañía Minera Antamina y Minera Chinalco Perú, y como metal principal de operaciones de Nexa Resources, Volcan Compañía Minera y Empresa Minera Los Quenuales, entre otras.En cuanto a la cartera de proyectos mineros representa el 3% del total, con inversiones estimadas en US$ 1,614 millones, en iniciativas como la ampliación Pachapaqui, Cañón Florida, Hilarión, Ayawilca y Shilapayco, lo que es un aspecto que debe impulsarse tomando en cuenta el liderazgo que el Perú tiene en la producción de zinc.Específicamente, si revisamos el portafolio de proyectos de exploración minera, ocupa el cuarto lugar con el 12.2% del total, lo que significa US$ 62 millones de inversiones comprometidas, otro tema que puede mejorarse con políticas adecuadas que incentiven la búsqueda de nuevos yacimientos de este metal y en general en minería.Actualmente, el zinc es importante para el galvanizado del hierro, la producción de latón en aleación con otros metales, planchas para la construcción, en polvo para la fabricación de pinturas y esmaltes, como aditivo en la metalurgia y como insumo farmacéutico, así como en la elaboración de baterías para computadores, misiles y cápsulas espaciales.Es en este último punto, donde existen las mayores oportunidades para la masificación del uso de este metal como lo promueve la Asociación Internacional del Zinc, con el objetivo que se incremente su utilización para el almacenamiento de energía, tomando en cuenta el cambio de la matriz energética que atraviesa el mundo y que se irá consolidando con los años.Es decir, las perspectivas de la industria del zinc son alentadoras en la medida que logre situarse como un insumo de importancia para el almacenamiento de energías limpias que constituyen el futuro de la humanidad, lo que incrementará la demanda y, por ende, el precio, que en el 2020 subió en 22.4%.En ese sentido, el Perú como actual líder en la producción de zinc sería uno de países beneficiados, con lo que la proyección de la industria minera como el motor de la recuperación económica cobra aún mayor relevancia, lo que nos debe llamar la atención para impulsar la creación de una política del sector que pueda trascender a los gobiernos y sea el soporte para el pleno desarrollo minero, que finalmente se traduzca en el bienestar de más peruanos.Venancio Astucuri, Director