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APUNTES PARA LA HISTORIA DE LA MINERÍA EN LOS ANDES CENTRALES DEL PER

Por: Augusto V. Ramírez, docente de la maestría en Toxicología Ocupacional, Universidad Científica del Sur.


Cobriza la lejana 

En la minería de los Andes centrales Cobriza realmente fue una mina lejana si consideramos el tiempo cuando la Cerro de Pasco Mining centralizó su administración en La Oroya, y quizá por eso había sido atrapada en los meandros del subconsciente y casi queda de lado, pero no, Cobriza siempre obró como una mina valiosa para la Cerro tanto que cuando le alcanzó la aciaga privatización fue la única cuya venta se mantuvo unida a la fundición.  

La historia de Cobriza

Sin duda el afán de la Cerro al centralizar las gerencias en La Oroya radicó en reunir la administración en un lugar equidistante de sus minas y lo logró con los emporios que poseía en esos años, más como sucede siempre asomaron nuevos desafíos que los americanos nunca evadieron y, precisamente, entre esos proyectos surge Cobriza, cuyo breve minero se puede delinear así: desde 1866 existía datos sobre depósitos de mineral en esa área, no obstante es solo en 1908 cuando la Cerro de Pasco Mining, ya establecida en La Oroya, apunta hacia ese “pequeño” terruño de mineralización a la sazón denominado Casque. Para 1926, la división de Geología de la Cerro de Pasco Copper Corporation, sucesora de la Cerro de Pasco Mining, inicia estudios precisos para determinar su valía. 

Indudablemente la distancia y las vías de comunicación, entonces muy precarias, o quizá los sucesos políticos mundiales y los sindicales imperantes aquí, influyesen para que la empresa dejase en stand by este proyecto. En 1956 nuestra patria volvía a vivir en circunstancias democráticas propicias para negociar tales denuncios, entonces reactivó la exploración y delimitación de esos depósitos de mineral, concluyendo que su fuerte era el cobre, después los estudios económicos determinarían la factibilidad del negocio y así es como la zona de Casque se convierte en el distrito minero de Cobriza.

Con estos datos históricos justo es que nos ubiquemos geográficamente en tal distrito: la mina Cobriza se localiza en el departamento de Huancavelica, provincia de Churcampa y distrito de San Pedro de Coris, se alza en la margen izquierda del río Mantaro en la sierra oriental del Perú sobre el flanco este de la cordillera central de los Andes; su altura sobre el nivel del mar es relativamente baja para una mina andina del centro, está a 2,500 msnm y cerca de donde el Mantaro dobla hacia el suroriente para ir al VRAE. El río también marca el límite geográfico con el departamento de Ayacucho y determina en su curso descendente una topografía de abruptos y empinados valles angostos que recuerdan muy bien a una V.  

El clima de Cobriza varía entre caluroso a orillas del río, templado en altitudes medias y frío en la cumbre del valle; abundan las lluvias en la estación de verano serrano, hecho que favorece una Cobriza de muy variados verdes con nutrida vegetación que va de coníferas, frutales y otros, hasta múltiple vegetación silvestre característica de las temporadas de lluvia. Su temperatura media anual es 21.2 °C y la humedad promedio anual 60%. 

A comienzos de siglo y tal como lo dice el título, el mayor problema para beneficiarla era su ubicación alejada del centro metalúrgico de la Cerro, además la vía en su mayor tramo era solo carrozable y aún hoy partiendo de La Oroya y recorre 330 km, no obstante, en línea recta no sobrepasa los 190. Como vía alterna en aquel tiempo era válido el afamado tren de vía angosta llamado Tren macho, que va de Huancayo a Huancavelica, pero igual, el tramo de Huancavelica a la mina era el problema. Llevar mineral concentrado de Cobriza a La Oroya se convirtió en todo un reto: la vía que en aquel momento solía salvarse corría de La Oroya a Huancayo, de aquí a Pampas-Tayacaja, luego a Churcampa en las estribaciones orientales de la cordillera oriental para finalmente descender hacia el río Mantaro donde se ubica Cobriza, fácil 12 horas de viaje incluso usando el tramo del ferrocarril Oroya-Huancayo. 

Parecía un problema difícil de salvar, pero las circunstancias y la tecnología cambiaron y con un buen arreglo de la vía carrozable, la aparición de vehículos de transporte de alto tonelaje y la facilidad de transferencia del mineral en Huancayo al tren de la empresa, propiciaron que se inicie la explotación. Habían transcurrido 42 años desde que la división de Geología de la Cerro de Pasco Copper Corporation iniciara los estudios, pero valió la pena esperar y he ahí que la Cerro apostó por ampliar sus operaciones. 

Mucha agua había corrido bajo los puentes del Mantaro hasta 1968 fecha cuando el presidente Belaúnde inaugura la mina que habría de convertirse en la más moderna de su época por la mecanización operativa en extracción por socavón, todo un avance para esos tiempos cuando el Open Pit en el Perú aún vestía pañales.

En mayo de 1982 la Empresa Minera del Centro del Perú pone en marcha la ampliación de la mina para alcanzar una capacidad instalada de 10,000 ton/día, invirtiendo 245 millones de dólares. Centromin aún prevalecía como empresa solvente y así sería por cerca de 15 años más. A enero 1999 las reservas de mineral de Cobriza frisaban los 18.8 millones de toneladas métricas, con leyes de 1.32% de cobre y 16 gr/ton de plata.

La mineración inicial

Penadillo describe así su moderno proceso de mineración: “Hasta el nivel 10; la explotación del manto Cobriza, se realizó dentro de los parámetros normales de diseño de los tajeos, es decir los zigzags, que los limitaban contaban con su respectivo echadero y una chimenea de servicios de 7 y 5 pies de diámetro, respectivamente. Los tajeos se iniciaron a partir de un subnivel dejando 10 m de puente sobre el nivel inferior. Bajo estas condiciones el acarreo de mineral se hacía directamente a los echaderos con camiones de 30 y 36 toneladas cargados por scooptrams ST-13, y el transporte con locomotoras diesel hacia el echadero principal del pique. Al profundizar la explotación por debajo del Nivel 0 se tuvo que implementar el acarreo con ST-13 y ST 14 y volquetes de 20 toneladas, para llevar el mineral hasta los echaderos que se encuentran en los niveles 10 y 28. Las demás operaciones unitarias continúan siendo normales según las condiciones de explotación anteriores”.

Luego Vila Lazo trae a colación la búsqueda de nuevas vetas de mineral para ampliar la producción de la mina: “Los trabajos subterráneos en busca de mayores reservas que garanticen la inversión, así como la construcción de las instalaciones metalúrgicas y de servicio se efectuaron durante los años 1966 y 1967, iniciándose la producción de cobre en diciembre del 1967 con una capacidad de 100 t/h, desde ese año, Cerro de Paseo división cobriza fue uno de los yacimientos cupríferos más importantes. Posteriormente fue incrementándose hasta 2100 - 2600 y 10000 TCSPD; al trascurrir los años se fue bajando la capacidad de tonelaje por distintas causas, en la actualidad se trata un promedio de 8400 TCSPD”

La concentradora

Por la topografía descrita es evidente que en esos desfiladeros no existe extensión alguna de terreno plano adecuado para emplazar una concentradora, por tanto, fue necesario franquear la colina que da al frente para buscar un campo aparente y efectivamente allí se despliega un llano, la pampa de Coris, cuya etimología como no escapa a vuestro entendido criterio deriva de cori, oro. Además, se sabe que el sabio viandante Antonio Raymondi documentó el hallazgo de ese metal en la tierra de Coris. Mas Raymondi la llamó Coris no tanto por el oro, sino por el color cobre gris de esa tierra, es decir era, y es, una “tierra cobriza”. A la par el naturalista dio a conocer la presencia de depósitos de plata, cobre y plomo en ella.

Sin embargo, la exploración minera de la Cerro de Pasco Corporation en 1956 determinó que los mayores y más ricos yacimientos de cobre se encontraban al lado izquierdo de la pampa, detrás de la colina en mención, exactamente en el lugar en que hoy está mina, por lo que en esa área de Coris la Cerro solo construiría la concentradora y conjuntos habitacionales para sus trabajadores que incluirían los servicios consabidos: educativos, de abasto, de salud —posta médica con zona de hospitalización incluida y un médico a tiempo completo—.

A partir de esas fechas la empresa adopta resueltamente una opción de compra para las concesiones que cubren el área mineralizada y a la par inicia la exploración geológica integral que dio como resultado el redimensionamiento de ese depósito de cobre que, paradoja de la vida, la Cerro explotaría solamente 4 años por su conocida expatriación. Su sucesora Centromin continuó con el mismo afán y aún en nuestros días otras compañías mineras la explotan y buscan nuevos yacimientos.

Aspectos sociales 

La mayor población de Cobriza se concentra en la zona que originalmente y por las razones anotadas se determinó como “de expansión”, en la cual se ubican las viviendas para trabajadores (aproximadamente 70% de ellos) distribuidas en barrios nombrados como Vista Alegre, Las Delicias, Barranquilla, Miraflores, San Isidro, Parco y algúnotro que se escapa.

Aparte de la minería otra fracción de la población se dedica a la agricultura, mas por una u otra razón también está asociada a la mina. Así, la villa de Machahuay está en la zona rural donde el 90% de sus habitantes se dedica al cultivo de sus tierras, produce papa, maíz, quinua, trigo, cebolla, habas, paltas, guisantes y otros; su labor agrícola la desarrolla a la manera tradicional y una buena parte de la producción la consume Cobriza. 

Como en todo pueblo y máxime en estas lejanas tierras, existe aquí sitios de relax muy frecuentados por los cobrizos como sus tradicionales baños termales o la rivera misma del Mantaro que en determinados lugares se adorna con manantiales de vistosas caídas de agua.

Lo abrupto del terreno cobrizo hace casi imposible que se pueda levantar allí áreas de servicios mineros, pues solo hay espacio para las viviendas, el hospital, la mercantil y las escuelas y aun así casi colgantes o en algún rellano. Los servicios mineros de mantenimiento y almacén de la mina se construyeron en socavones y la concentradora, como vimos, tuvo que levantarse detrás de la operación en una zona aledaña y apta como es la pampa de Coris.

Un puente peatonal colgante une Cobriza con la margen derecha del Mantaro lugar donde se ubican las parcelas de la zona agrícola, que geográficamente pertenecen parte a Huancavelica y otra a Ayacucho.

Cobriza marcada por el terror

Ese corto y estrecho puente peatonal fue de gran preocupación y sobresalto durante la fatídica época del terrorismo, pues por él atravesaban fácilmente bandas armadas para atacar el hospital y la mercantil en busca de medicinas y alimentos, y luego con lo robado vadear el río por este pequeño puente y huir en dos zancadas hacia sus cobijos ayacuchanos.

El terrorismo fue para la minería, y para todo el Perú, una amenaza funesta; igual esta querida mina enclavada sobre el Mantaro y a la vera de Ayacucho también lo sufrió, pues al tener que sacar la producción minera hacia la fundición de La Oroya en grandes vehículos, el camino abrupto y la omnipresente niebla, condicionaron que el tránsito fuese muy lento hecho que las hordas armadas aprovecharon para en las tardes de todos los días detener al vehículo y colocarlo al borde de la vía para tumbarlo luego hacia el abismo incluido el concentrado que transportaba, y si el jefe de la gavilla estaba de buen humor, solo humillaba y golpeaba al conductor abandonándolo en la soledad de la puna, sino la muerte a secas. Las patrullas del ejército eran insuficientes para lograr contener este criminal comportamiento, tanto así que la empresa determinó per se prohibir el tránsito a todo vehículo después de las 4 pm entre la mina, Pampas-Tayacaja, Churcampa, Huancayo y La Oroya.  

También sucedía frecuentemente que bien entrada la noche las hordas armadas atravesasen el puente llevando heridos graves para que el cirujano del hospital los operase y medicase y luego de sustraer medicinas, retirarse rápidamente no sin antes lanzar proclamas de muerte. Y al amanecer en Cobriza “nada había pasado” porque médicos y personal de salud estaban notificados que de dar a conocer a los mineros estos hechos, tomarían represalias personales en nuevas incursiones. Solamente hacía el final de los 80’s se guarneció a Cobriza con una avanzada del ejército de la BAT cercana lo que amenguó el terror.

Claro que la guerra interna contra el terrorismo trajo dolor y devastación a la minería del centro, pero ese tema quizá lo tome en un segmento ad hoc; entonces volvamos al meollo de nuestra narración, la mina de Cobriza.

El hospital de Cobriza

La administración de la Cerro, continuada luego por Centromin, garantizó que los campamentos mineros disfrutasen siempre de los servicios necesarios: educativos, salud, mercantiles y transporte, todos a cargo de la empresa. Por ese motivo, en las minas de la Cerro nunca faltaron buenos servicios de salud comenzando por el hospital.

En asistencia de salud Cobriza no fue la excepción, pues aún con una limitada población a atender se dispuso un hospital general, vale decir, un establecimiento de salud de primera línea con los servicios básicos de medicina, cirugía, pediatría y ginecoobstetricia, y cada uno de ellos contó siempre con un médico especialista a tiempo completo —durante las vacaciones o tiempo de descanso del titular se enviaba un reemplazo temporal desde Chulec—. En adición el médico de medicina recibía entrenamiento periódico para atención de medicina del trabajo y de acuerdo a ley, cada semestre un médico ocupacionista y un oftalmólogo hacían consulta especializada durante una quincena. 

Cualquier otro caso clínico que no pudiesen resolver los médicos de Cobriza se remitía al hospital central de Chulec en La Oroya, incluso, y dependiendo de la gravedad del caso, se utilizó la avioneta de la empresa, de esa manera los trabajadores y sus dependientes siempre tuvieron atención oportuna de las enfermedades comunes y de las ocupacionales propias de la mina: sordera, neumoconiosis y problemas visuales, amén de cirugía y traumatología. En adición, el director del hospital era el responsable de dirigir la salud pública de Cobriza en cuanto a mercados, disposición de desechos y otros. 

El equipo de salud incluía también una nómina de cuatro enfermeras graduadas y cuatro auxiliares de enfermería, con el apoyo de los servicios de farmacia, almacén y mantenimiento.

La atención agregaba servicios y medicinas gratuitas alcanzando, además del trabajador, a su familia “censada” como se acostumbraba expresar, es decir, se atendía a esposa, hijos, padres y algunas veces a la conviviente, amén de la esposa, claro.

La Posta médica de Pampa Coris

Cuando la población de Pampa Coris creció la empresa construyó una posta —el clima allí era muy fuerte con temperaturas más altas que la mina, por ello se puso énfasis en levantar un edificio acorde al ambiente—, conocida comúnmente como La Posta atendida por un médico cirujano propio, junto a su equipo de salud, una enfermera (rotada de Cobriza) y cuatro auxiliares de enfermería “propios” y residentes en Coris, de esta suerte la atención se hacía a horario completo y con las mismas características del hospital, incluyendo la atención de salud ocupacional. 

La educación  

La Cerro y luego Centromin por 25 años mantuvieron “su” sistema de escuelas primarias propias y en el caso de Cobriza por el bajo número de educandos solo una de secundaria. Esta Unidad de Servicios Educativos propia, USE Centromin, fue encargada de la gestión de todo lo concerniente a la educación de los hijos de los trabajadores en todas sus minas, concentradoras e hidroeléctricas. Este servicio incluía: pago a profesores, material educativo gratuito y locales construidos y mantenidos por la empresa. En Cobriza, como en todas las operaciones de Centromin, cada centro educativo contaba con espacios recreacionales deportivos propios, incluidos en una muy peruana losa polideportiva.

Parco 

Además de las modernas viviendas para sus obreros y empleados emplazadas cerca de la mina, mención importante en Cobriza merece el complejo habitacional para sus funcionarios dispuesto en un rellano de la zona de Parco. Este incluía modernas viviendas para familias y el acostumbrado hotel-comedor, destinado a los funcionarios solteros y a los visitantes que en una mina nunca faltan. 

Perfeccionaba el conjunto un complejo deportivo con facilidades de piscina y una pequeña tasca a cuya vera una plataforma y gimnasio llamaban al deporte. En un aparte el campo para cine al aire libre al que después se dotó de pantalla gigante para proyectar, además de películas, los enlatados de televisión que La Oroya diariamente remitía, incluyendo noticias limeñas del día anterior. No escapa a criterio que entonces todo aquello era una gran novedad por esos lares.

El transporte

Puesto que el problema mayor de la mina era la distancia a las ciudades del valle del Mantaro de donde provenía cerca del 70% de los trabajadores, amén de lo abrupto del camino y por ser Cobriza un poblado particular y cerrado, fue necesario contar con movilidad constante y segura. La empresa convino con los sindicatos para adquirir buses y mantener tráfico fluido cada día hacia la ciudad de Huancayo, pasando por Pampas-Tayacaja e inicialmente por Churcampa. Así cada día a las 6 am partía un bus desde Cobriza en dirección a Huancayo y otro a la misma hora desde allí hacía el recorrido inverso, sus ocupantes los familiares de los trabajadores. 

Los fines de semana, sábados, el servicio se reforzaba con más unidades para facilitar el viaje de los trabajadores hacia sus pagos y retornarlos la noche del domingo para amanecer el lunes a trabajar.

La mercantil  

La Cerro fiel a su tradición minera no descuidó proveer una mercantil con todo lo necesario para sus mineros, máxime si la distancia así lo exigía. La mercantil Cobriza apoyada por el mercado del pueblo siempre supo satisfacer las necesidades diarias de los cobrizos. Sin embargo, igual que el hospital durante la época del terror fue blanco fácil y cada mes tenía la visita fatídica del grupo de terroristas quienes cargaban con todos los productos de panllevar y enlatados que podían e inmediatamente huían por el puente peatonal del Mantaro.

La mascota de mina

Cobriza fue la única mina de la Cerro de Pasco con mascota sui géneris, una Tarántula que, aparte de identificar los vehículos de la mina con un logo en sus puertas delanteras, servía de entretenimiento a niños y adultos. Se trata de un arácnido perteneciente a la migalomorfus sp “cultivada” en muchos ambientes, mi recuerdo va a la Posta médica de Pampa Coris donde un señor sanitario cuidaba solícitamente varias tarántulas en su baño. Era habitual para los visitantes que íbamos desde La Oroya sentir un poco de repulsa, aunque con el tiempo se olvidaba e igual que para los cobrizos devenía en entretenimiento. 

Y contra todo lo que pudiésemos imaginar, el hospital en muy pocas oportunidades tuvo alguna solicitud de atención por mordedura de este arácnido, antes sí era frecuente prestar atención por mordedura de la ubicua latrodectus mactans, la temida viuda negra.

El fin de Cobriza 

Como todo en la vida, Cobriza tuvo su final cuando terminando el siglo XX Centromin convoca a concurso público internacional para su venta. Se presentó un postor, la empresa Doe Run Resourses Corp que obtuvo la buena pro con una propuesta de US$ 7’500,001 por el 100% de las acciones, a cancelar el 40% al contado y 60% en tres cuotas de vencimiento anual a partir de la suscripción del contrato de transferencia. Amén.

Colofón 

Con este panorama somero de la mina de Cobriza ultimo el recorrido por la historia de la minería en la sierra central del Perú que como sabemos giró principalmente en torno a la americana Cerro de Pasco Corporation y cuyo periplo hemos seguido desde su arribo a inicios del siglo XX hasta su desenlace con Centromin a finales del milenio pasado.

Entre tanto continuemos con el registro de actividades paramineras, incidiendo ahora sí en las empresas ganaderas que florecieron a su alrededor y en algún otro tema que de juro aparecerá.

Agur minero amigo, aquí os espero.

Bibliografía

Libro Blanco de la Privatización CENTROMIN 1999. Resumen Ejecutivo. Lima. Disponible: https://www.proinversion.gob.pe/RepositorioAPS/0/0/JER/PACENTROMIN/Resumen_Ejecutivo_Centromin%20Peru.pdf

Penadillo ME. 2018. Geomecánica aplicada al método de explotación minera en Cobriza. Tesis de grado.  

UNA S. Antúnez de Mayolo. Facultad de Ingeniería de M. G. y M. 

Vila LY. 2013. Pruebas de flotación a nivel experimental, mina Cobriza. Tesis de grado. UNC Huancayo.

Ilustraciones 

1. Inauguración del hospital. Foto archivo personal.

2 y 3. Barrio Barranquilla y puente peatonal. Fotos tomadas de https://www.facebook.com/COBRIZA.org.pe/photos/a.256280404775532/256280268108879

4, 5 y 6. Atardecer y hospital de Cobriza, hotel Parco. Fotografías crédito: Walter Cóndor. 

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