Las recientes alternativas que maneja China para lograr las cero emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, fueron analizadas por los asociados sénior en los Diálogos Mineros de la Sala Vip del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), en especial, la creación de los reactores de sales fundidas.Según un video de Top de impacto de Gabriel Bulgakov, esta tecnología es un tipo de reactor nuclear en el cual el combustible es una mezcla de sal fundida y torio que, a una temperatura de 600 grados centígrados, logra que este último se transforme en uranio 235.“El torio es un desecho de la minería de tierras raras de China, con lo que podría incrementar su independencia energética. Actualmente, al norte del Gigante Asiático se ha construido un prototipo experimental, y su plan es crear pequeños reactores que puedan abastecer a unas 100 mil personas, con lo que en el futuro se podrían convertir en exportadores de tecnología”, explican en el reporte.Estos reactores ya podrían estar operativos para 2030 y tienen ventajas en términos de flexibilidad, eficiencia y economía, además de seguridad y preservación del medio ambiente. Al respecto, el asociado Rodolfo Zamalloa destacó que lo importante es que ahora los grandes países se han unido para desarrollar la fusión del torio, que a mediano y largo plazo es la mejor solución porque no deja desechos como el caso de la energía nuclear por uranio y plutonio, en la que el manejo del material radioactivo representa cerca del 70% del costo.Por su parte, Diógenes Uceda comentó que en Sudáfrica, luego del apartheid, frente a los problemas de energía, desarrollaron pequeños reactores nucleares que los enterraban para que al final de su vida útil queden bajo tierra. “Quisieron comercializarlos, pero no tuvieron mucho éxito”, afirmó.Otra alternativa que maneja el Gigante Asiático, es el denominado Sol Chino, que busca replicar las reacciones de fusión nuclear que se dan en el sol para crear energía con el uso de deuterio y tritio, que requieren más de 100 millones de grados centígrados.“En este caso la clave está en cómo contener la energía calorífica que se genera. Hace algunos años se hablaba del magma calorífico que podría usarse para separar los minerales de acuerdo a su temperatura, pero se crea un vacío de tal magnitud, que evita la radicación del mismo calor”, explicó Alberto Encinas.