Por: Luis Miguel Incháustegui, exministro de Energía y Minas.Si realmente deseamos aprovechar esta nueva oportunidad que se presenta en el mundo debido al cambio de la matriz energética y lograr ser uno de los países que continúe abasteciendo de los minerales críticos, en especial de cobre, y con ello no solo recaudar más impuestos sino transformar esos recursos en desarrollo productivo y sostenible, que logre en el tiempo mejor posible, el cierre de las brechas sociales; debemos promover, con sentido de urgencia una real colaboración entre todos los actores de esta actividad.Para logra eso, no solo es necesario indicar los temas que están pendientes por mejorar o resolver, con la idea de que el actor responsable de ellos lo resuelva a la brevedad y solo cumplir con lo que legalmente a uno le corresponde, sino, debido a que cada actor tiene un propósito que va más allá de uno, promover, en forma colaborativa y con una estrategia de valor compartido, la resolución de los temas pendientes por resolver en el menor tiempo posible y generando valor para todos.Brechas socialesNo será posible desarrollar la minería si las brechas sociales no son resueltas en un tiempo óptimo. No es posible que una mina se construya y tenga luz, agua y carreteras si al lado existen comunidades que no tienen luz, agua y carreteras. Esas brechas sociales son responsabilidad del gobierno nacional, pero todos sabemos que esos temas serán resueltos mal o en un tiempo más largo, a no ser que el sector privado promueva que el gobierno nacional tenga los recursos y la asistencia técnica para lograr resolver esas brechas sociales en el menor tiempo posible.Algunos ejemplos que considero podrían implementarse en el menor tiempo posible y, con ello, se empezaría a mejorar la percepción de la minería, son cambios que demandan una mayor colaboración que creo que, debido a los cambios que se están presentando en el mundo entorno al propósito de las empresas, no demandarían mucho tiempo de reflexión sino, por el contrario, creo que podrían implementarse a la brevedad.Promover un diálogo multiactorEn los últimos días, la SNMPE ha presentado un estudio elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE) que dimensiona el impacto relacionado con 23 proyectos mineros que se encuentran atrasados por razones externas a las empresas y concluye que la tramitología minera generaría pérdidas de S/ 12,000 millones del PBI. Esto, que ya era conocido pero no se tenía evidencia, puede no solo generar preocupación sino un pase a la acción para entre todos los actores, reflexionar para lograr una eficiencia. Y que no solo sea fusionar instituciones y con ello pretender que los plazos se reduzcan, sino evaluar otros procedimientos administrativos que existen en otros países mineros y retomar las iniciativas que se presentaron anteriormente en el ministerio. Retomar, por ejemplo, la ventanilla única virtual, la evaluación de la calidad regulatoria de las normas que existen para reducirlas y lograr que las regulaciones legales que permanezcan se encuentren acordes con los nuevos tiempos y con las nuevas tecnologías que existen en el mundo.Brindar asistencia técnica a las autoridades regionales y localesEn el mismo estudio elaborado por el IPE también se han podido identificar pérdidas en la producción minera por el incremento de la conflictividad social registrada a partir del 2021 hasta el primer trimestre de 2023, obteniendo que los conflictos sociales llevaron a una pérdida de S/ 6,991 millones constantes en VAB. Con ello, el crecimiento del sector en 2021 fue de 10.5% en lugar de 12.9% y cayó 0.1% en 2022 en lugar de crecer 2.8%. Igualmente, en este punto, se podría pasar a la acción proponiendo al gobierno nacional brindarle una asistencia técnica a los gobiernos regionales y locales que se encuentren en las áreas de influencia de los proyecto y/o operaciones mineras para lograr en el plazo mínimo de 2 años un cambio en la administración de los recursos que dichas instituciones tienen y, con una estrategia de creación de valor compartido, invertir en la asistencia técnica para lograr la definición y ejecución de proyectos de desarrollo que estén enfocados en el cierre de las brechas sociales.Estos dos ejemplos si se hubieran propuesto dos o tres años atrás y las empresas conjuntamente con los otros actores del sector minero hubieran avanzado estos temas dentro de un espacio multiactor, tal como lo es Rimay (Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero Energéticas), ahora estaríamos avanzando en temas de minería verde, que es considerada como el desarrollo de una actividad minera que prioriza el uso eficiente de los recurso hídricos, la minimización de los pasivos ambientales, la gestión de las emisiones, la proyección de la biodiversidad y la ejecución de otras iniciativas para lograr una economía circular y/o una minería circular.De esa forma, se podría generar una mejor percepción (confianza), lograr que los ingresos que se obtienen por la actividad minera, en un tiempo corto, se trasformen en desarrollo, generando iniciativas de ganar ganar, de creación de valor compartido, tal como las he indicado anteriormente. Y con ello, no solo se lograría realizar la importante cartera de proyectos mineros, sino que también se lograría construir confianza, lograr una mayor colaboración y lograr el cierre de las brechas sociales en el mejor tiempo posible.Por todo ello, considero que para promover una inversión minera sostenible en el Perú debemos continuar promoviendo un dialogo multiactor que construya confianza, promueva una mayor colaboración entre todos los actores, para lograr que cada actor cumpla con lo que le corresponde y, de esa forma, generar un círculo virtuoso del aprovechamiento de los recursos mineros energéticos en donde se pueda promover el cierres de las brechas sociales a través de la creación de valor compartido.