En el cierre del primer semestre del presente año, si bien no se vislumbra la entrada en operación de un gran proyecto minero, si es alentador que nuevas minas de mediana minería reporten importantes avances para iniciar producción a finales de 2025 e incrementar el aporte del sector al desarrollo del país.Se trata de las futuras unidades mineras San Gabriel (Moquegua) y Crespo (Cusco) que en conjunto representan una inversión superior a los US$ 900 millones, para alcanzar una producción cercana a las 200 mil onzas de oro anuales. Ambas destacan por su compromiso con el medio ambiente y las comunidades, con el uso de lo último de la tecnología para ser eficientes y usar energía renovable, así como tener un acercamiento con las poblaciones de su entorno para impulsar el desarrollo sostenible.Del mismo modo, es plausible que el propio ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, anuncie que la construcción del proyecto Tía María (Arequipa) puede iniciarse este año, lo que significa US$ 1,800 millones adicionales para la economía regional y nacional.Esa iniciativa también ha profundizado en un trabajo articulado con las autoridades y población de la zona para que el crecimiento que genera la minería tenga un impacto directo en el progreso de las personas y signifique más oportunidades de bienestar y desarrollo.La actividad minera en el país que, sin duda afronta grandes retos en el segmento de pequeña escala con la reciente ampliación del Registro Integral de Formalización Minera, que consideramos debe ser cerrado este año definitivamente, también avanza en proyectos que aportarán más divisas desde 2026 y traerán mayor progreso a sus zonas de influencia.En ese contexto, queda la tarea de poner en valor la cartera de inversión minera por más de US$ 64 mil millones y establecer en el Perú un sistema de formalización que permita efectivamente que los miles de pequeños mineros puedan realizar su trabajo con respeto a las concesiones, tecnología, seguridad de los trabajadores y cuidado del medio ambiente.El Director