Por: Ruben Arratia, MSc. Eng./MBA.

Ecos de tus amigos y colegas:

Bruce Turner (past president de Escondida): “Juana Rosa fue GRANDE para el proyecto Zafranal”.

Jorge Merino (exministro de Energía y Minas de Perú): “Zafranal tiene la marca de ella (Juana Rosa) para siempre”. “Su trato de gente era especial, nunca perdía la calma y a todo el mundo le caía bien”.

Mario Baeza (gerente general actual de Zafranal): “…hay que inmortalizar el nombre de Juana Rosa.”

Juanita adorada, cuando tú naciste un 29 de diciembre de 1951 en la Suiza Peruana de Huaraz, la esperanza de vida en Perú era un poco más de 40 años. La vida, Dios y la ciencia te regalaron y te bendijeron con muchos años más. Partiste al más allá, casi al culminar el día 11 de junio de 2021, después de regalarnos una vida plena, una historia que hará eco en el corazón y la mente por muchas generaciones en la familia, tus colegas de universidad y en las empresas y en la gente que quisiste, que te quiso y te respetó mucho en los lugares que pisaste y donde siempre dejaste huellas hondas de humildad, honestidad e integridad a prueba de todo.

Por ese legado que brilla, tú nos seguirás inspirando en cada instante y con cada recuerdo. Más allá de tus logros académicos y profesionales gigantes, nos queda tu sonrisa (la de la Mona Lisa como decía una de tus amigas de juventud), las carcajadas que soltabas cuando tu adorada Joan Marie o una serie de televisión te motivaba o soltabas tu molestia cuando tu jugador o jugadora favorita de tenis o futbol no cumplía con tus expectativas. Siempre quedará en mi memoria como tú y Daniel (mi hermano) les ganaron un partido de dobles de tenis a los amigos de Chile en Asia (sur del Perú) y fuiste muy feliz después de estar algo nerviosa al principio.

Tu inteligencia y capacidad para captar los detalles de la vida y la profesión eran extraordinarias… Solo tenías que probar las exquisiteces de un plato gourmet de Francia, México o Brasil y ya traías la receta (adaptada a la peruana) para repetirlo y compartirlo en casa con los amigos y la familia. ¡Gozabas de compartirlo todo!

Siempre serás mi referente de ese amor casi divino que le profesabas a tus padres y hermanos. Y en el caso de tu Joan Marie, tu hija, la adorabas con los detalles de los cuidados que ella los gozaba con un placer incalculable. No me cabe la menor duda, que tú forjaste e inspiraste su carrera de economista y su MBA en HEC París.

Por mi lado y como tu esposo Ruben Arratia, fui el hombre más privilegiado del mundo por compartir tu vida durante 43 años. Siempre te dije que la ciudad de La Oroya, en Junín, fue la Venecia de mi vida. Jamás nos volveríamos a separar, no por mucho tiempo. Aún recuerdo vívidamente la carta de 1979 que llegó a la oficina de correos desde Londres y donde me pedías que viajara para casarnos. Saltaba en un pie con esa ilusión y así nos casamos en una pequeña iglesia católica (“Chapel” frente al Museo de Historia en Londres, muy cerquita de tu universidad) un 10 de abril de 1980. Fue una ceremonia sencilla pero bella. Aún recuerdo cómo se nos caían las lágrimas por no tener a nuestros familiares cercanos, pero éramos super felices.

Ese 10 de abril tu completaste mi vida y yo la tuya. Con devoción plena nos entregamos el uno al otro. Yo te ayudé con tu tesis de Máster del Imperial College de la Universidad de Londres (de donde saliste con las más altas calificaciones) y tu después me ayudarías plenamente con mi Máster en Montana School of Mines en 1984. Yo haría otro tanto con tu otro máster que sacaste en la misma universidad en 1985. Éramos una pareja que engranábamos en todo: en los estudios, en el amor, en el deporte, en los gustos por los viajes alrededor del mundo. En realidad, crecimos y florecimos juntos.

Sin embargo, todo lo anterior es opacado por las ganas inmensas de concebir a nuestra Joan Marie. Siempre recordaré el extremo cuidado que le pusiste a esta experiencia divina. No fue nada fácil, porque tuvimos que someternos a un tratamiento largo y finalmente la bendición cayó del cielo y un 27 de noviembre de 1986 nacería nuestra única hija… y VOILA… ella iluminó e iluminaría el resto de nuestros días. Ella, Joan, nos regalaría un par de viajes de los cuales siempre hablábamos tu y yo.

Nuestro penúltimo y antepenúltimo viaje a Francia, Portugal y España con Joanita fueron de ensueño. ¿Recuerdas Paimpol en Bretaña? ¿O Normandía? ¿Recuerdas la ciudad de Biarritz de Francia donde pasamos la Navidad de 2018? Creo que las mejores fotos las tomamos ahí.

Nuestro último viaje en julio y agosto de 2019 a Japón, China, Hong Kong y Macao fue maravilloso porque Mitsubishi (en Tokio) y Wood Mackenzie (en Beijing) nos trataron con cenas de reyes. Conocer otras culturas, comentábamos entre los dos, nos permitía abrir más nuestras mentes para comprender mejor nuestra condición de seres humanos. Te deslumbró el desarrollo económico de China con sus trenes bala y nos dolió muchísimo el tour por Hiroshima… aún duele recordarlo, pero también Hiroshima, cual ave Fénix, fue un ejemplo de resiliencia humana.

Habíamos logrado juntos tantas cosas que tomábamos por dado los logros (we used to take for granted our achievements). Pero había instituciones prestigiosas que reconocieron en vida algunos de estos logros. La UNI (Universidad Nacional de Ingeniería del Perú) te reconoció, en setiembre de 2016, por ser una distinguida líder mujer del sector minero. Reconoció que hayas sido, en 1990, la primera presidenta (mujer) del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico del Perú), la primera gerente general de Centromin Perú, y gerente general del proyecto minero Zafranal de Teck Resources desde noviembre de 2011. La UNSA (Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, tu Alma Mater) te otorgó el grado de Profesora Honoraria por tus logros y contribuciones en setiembre de 2017.

Tu camino no fue fácil como lo contaste cuando la UNI te premio. Ganaste el concurso para ingresar como ingeniera de investigaciones al prestigioso departamento de Investigaciones (Research) de Centromin Perú (ex-Cerro de Pasco Corporation) en el complejo metalúrgico de La Oroya, pero el director no quería mujeres en ese departamento. Tu hiciste valer tu derecho y el gerente general te apoyo. Eran tiempos donde los prejuicios contra la mujer minera eran latentes. Tu demostrarías que una mujer estaba tan capacitada como un hombre para jugar en las ligas mineras mayores. Ganarías pronto en Centromin un concurso de becas (del British Council) para hacer un postgrado en Inglaterra. Ese hito marcaría nuestro destino profesional y de pareja.

Yo siempre admire tu forma de mirar la vida, con humildad, serenidad y gratitud. Me comentabas que de joven no tenías sueños de grandeza, solo querías realizarte como persona y como profesional y lo lograste con creces. Saliste de la escuelita 1005 de Mariano Melgar, Arequipa con honores. Luego fuiste brigadiera general del Colegio de Miraflores Micaela Bastidas y luego fuiste la segunda mejor de 120 ingenieros químicos que salieron de la UNSA en 1975. Creo humildemente, pero con firmeza que largamente te mereces que los ecos de la historia te recuerden por muchas generaciones. Descansa en paz mi adorada esposa y descansa complacida por ser ahora una luminaria y un ejemplo para muchas generaciones jóvenes en la familia, las escuelas y universidades. En este viaje del tiempo ruego a la vida volver a encontrarte y como te prometí volvería a casarme contigo y esta vez para amarte mucho más. Y ya no te fallaría como te falle en vida al no aprender a bailar el vals o aprender el idioma francés que tanto querías que yo aprenda.