“Del portafolio de proyectos mineros avanzados, 37 que representan una inversión conjunta de 44 mil 709 millones de dólares aún no tienen cronograma de construcción”, reveló el director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, Rómulo Mucho, durante su participación en el III Congreso de Minería KORIMIN, organizado por la Facultad de Ingeniería de Minas de la Universidad Nacional del Altiplano.No obstante, destacó que el plan con Punche Perú del Ministerio de Economía y Finanzas propone la reactivación del sector minero a partir del acompañamiento y destrabe de proyectos mineros por un total de US$ 10,555 millones, entre los que se encuentran: Ampliación Toromocho, Yanacocha Sulfuros, Reposición Antamina, Optimización Inmaculada y Zafranal.Precisamente, para el también exviceministro de Minas, las inversiones privadas y públicas deberían constituir uno de los cincos ejes principales dentro de un eventual programa económico con énfasis en revertir el bajo crecimiento promedio interanual de 1.7% del reciente periodo 2020-2022 y recuperar el aumento interanual de 6.1% o más, registrado entre 2002-2013.“La gran tarea de reactivar la economía es alcanzar los niveles de producción prepandemia y recuperar las tasas de crecimiento potencial de al menos 5% anual. Para este gran reto, se necesita un programa económico con prioridad en cinco temas centrales: estabilidad macroeconómica, institucionalidad, inversiones, productividad y exportaciones”, detalló.De otro lado, expresó que la evolución de la balanza comercial en los últimos tres años completos se encuentra en caída, como consecuencia del estancamiento de las exportaciones y el aumento de las importaciones, lo cual se acentuó desde el segundo trimestre de 2022, a pesar de una mejor cotización del cobre, que es nuestro mineral de mayor comercialización.En ese sentido, dijo que el deterioro de la balanza comercial y la caída de la inversión privada tendrán un serio efecto negativo en el PBI, que anotó una caída de 11.1% en 2020, el más importante en lo que va del presente siglo, perjudicando el empleo e ingresos de los hogares, los cuales junto con los programas sociales, son los principales mecanismos de reducción de la pobreza.