Por: Rómulo Mucho, exministro de Energía y Minas.

Se les denomina tierras raras a un conjunto de 17 elementos químicos que se encuentran en la tabla periódica de manera dispersa y asociados con otros minerales en la corteza terrestre, no son escasos, pero rara vez se encuentran en concentraciones abundantes.

Se les dice “raras” porque es muy difícil encontrarlas en forma pura y el nombre “tierras” viene desde tiempos antiguos, pero que en realidad no son realmente tierras, sino un grupo muy variado de elementos con propiedades químicas similares y características físicas diferentes que se encuentran en forma de óxidos y por eso también se les llamaba tierras.

Lo componen diecisiete metales que comprenden los lantánidos: cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio; más escandio, itrio y lantano. Estos elementos se clasifican en dos grupos de acuerdo a sus pesos atómicos y su ubicación en la tabla periódica:

1) Las tierras raras ligeras tienen un peso atómico menor (escandio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario y europio). Los dos más importantes son el neodimio y el praseodimio, que se utilizan principalmente para crear imanes.

2) Tierras raras pesadas, estos tienen un mayor peso atómico y suelen ser menos comunes, lo que significa que se comercializan en cantidades muy pequeñas y generalmente son escasas (gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio) junto con el itrio, que tiene una posición separada debido a que es muy electropositivo. Sus compuestos son generalmente iónicos, por lo que la mineralogía los describe como óxidos, haluros, carbonatos, fosfatos y silicatos, con algunas adiciones de boratos o arseniatos, pero no de sulfuros.

Estos elementos o tierras raras se encuentran en más de 180 minerales y rara vez en altas concentraciones. Más de 95% de estas se encuentran en tres minerales: bastnasita (70%, principalmente como itrio, cerio y lantano), monacita (55%, principalmente como cerio, lantano, itrio y tulio) y xenotima (42% como óxido de itrio). Como estos elementos están asociados en pequeñas cantidades con otros minerales en la tierra, requieren el uso de una avanzada tecnología, costoso procesamiento de refinación y con mucho control ambiental  para su extracción.

Estas tierras raras están millones de años en la corteza terrestre, antes carecían de importancia porque no había el nivel de conocimiento que existe hoy. Gracias al impresionante avance de la ciencia y el desarrollo de la tecnología que permiten investigar el hallazgo y la creación de nuevos materiales y elementos esenciales para satisfacer las necesidades y comodidades del ser humano, pero pocas veces se conocen porque no son mencionadas. Así que, cada vez que utilice algún dispositivo electrónico, como celular, tableta o audífonos, piense que su funcionamiento es posible gracias a las tierras raras.

Desde 2008, China se convirtió en el principal productor de tierras raras. Otros productores incluyen a Estados Unidos de América, Australia, Rusia, India y Brasil, en menor escala. En los últimos meses, el tema de las tierras raras se ha convertido en un punto muy estratégico en la guerra comercial que están librando EE.UU. y China. Creemos que una solución para no depender de la producción china en el corto plazo, y disminuir el impacto ambiental que produce la purificación de estos elementos, es incentivar para que las compañías incrementen sus procesos de reciclado y de recuperación de materiales. Algunos países ya lo están haciendo, desarrollan nuevos métodos de separación, pues estos elementos se encuentran en combinación en varias de sus aplicaciones.

China produce el 70% de tierras raras y refina el 90% porque cuenta con el equipo y la tecnología de procesamiento. Además, tiene reservas estimadas en 44 millones de toneladas métricas, el 37% de las reservas globales, y controlan el 70% del mercado mundial. Como reservas tenemos a Vietnam que cuenta con 22 millones de toneladas y Brasil con 21 millones de toneladas, pero con una producción que es aún incipiente. Con ello, el país se convierte en una fuente especialmente muy atractiva hacia los ojos del mundo. Las reservas globales identificadas hasta el momento son de 120 millones de toneladas.

La guerra comercial entre EE.UU. y China es un conflicto muy complejo por causas económicas y políticas. Los norteamericanos buscan proteger la industria nacional y frenar el crecimiento económico y tecnológico de China, especialmente en áreas como la tecnología y la inteligencia artificial. China, a su vez, ha respondido de manera inmediata con las restricciones en las exportaciones de tierras raras a EE.UU., por lo que esto se ha convertido en una herramienta geopolítica cada vez más intensa.

Ante ello, el gobierno de Trump está negociando un acuerdo por tierras raras con Ucrania, también ha hablado de una adquisición de Groenlandia por sus reservas de tierras raras. Las últimas noticias nos informan sobre la existencia de tierras raras abundantes en República Dominicana, en España y otros países del mundo. En América Latina, donde creemos existen de manera considerable, es una tarea ineludible intensificar las labores de exploración y búsqueda, además de prepararse para en un mediano plazo avanzar en su procesamiento y refinación.

Por lo dicho, las tierras raras son un recurso estratégico de enorme valor para el desarrollo tecnológico y la transición energética para tiempos actuales y del futuro. Estos elementos son esenciales en la fabricación de productos para el sector defensa como: misiles cruceros, aviones de guerra y misiles teledirigidos, entre otros. Para productos civiles como: chips, dispositivos electrónicos, semiconductores que impulsan la inteligencia artificial, paneles solares, turbinas eólicas, celulares, relojes modernos, lentes de visión nocturna, equipos médicos, electrodomésticos, baterías para vehículos eléctricos, imanes, pantallas, luces LED, entre otros, que se encuentran en millones de hogares.